03 | capítulo tres

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CAPÍTULO TRES,
¿POR QUÉ ME PASA ESTO?


Cuando el tono oscuro por fin tiñó el cielo y trajo consigo la noche, Bakugou tampoco tardó en aparecer. La puerta de mi habitación se abrió abruptamente para así dar lugar a la figura del rubio  junto con una maleta.

Me sobresalté en mi lugar, acostada en mi cama, dejando de lado el libro que leía para así observarlo con curiosidad. Su rostro se mantenía en una expresión de frustración, sin embargo no emitió una sola palabra ni mucho menos me dirigió la mirada hasta que abrió su maleta.

—¿Dónde dejo mis cosas? —su voz rasposa y cortante me inundó los oídos de repente mientras inspeccionaba sus alrededores.

—Allí tienes lugar —señalo con mi dedo el único placar que había en la habitación. Me había asegurado de dejarle estantes libres para él.

Ante mi contestación, me da un vistazo punzante y entonces empieza a desempacar su ropa. Observo unos segundos más su musculosa espalda y pienso en lo imponente que es su presencia antes de volverme a sumergir en mi libro. Sin embargo no logro concentrarme.

La convivencia con Bakugou iba a ser estresante, no podía no convencerme de eso. Es un chico frustrante y algo agresivo. Además, ambos dejamos de tomar las pastillas que se supone debíamos de hacerlo todas las noches, por lo que me mantenía bastante expectante sobre qué podría suceder. En especial porque, si él de verdad es un híbrido como lo supuse, probablemente sufra más las consecuencias.

Termino por suspirar fuertemente.

Observé una vez más la imponente figura del rubio aún desempacando y entonces me resigno a mi mala suerte. Sólo debía de aguantar, era mi propio castigo por mi cobardía de no saber decir que no. No era otra persona la que me arrinconó a una criatura problemática como él que yo misma.

—¿Qué miras tanto? Puedo sentir tu puta mirada en mí todo el rato —su tono hostil me hace sobresaltar una vez más y entonces siento un pequeño ardor crecer en mis mejillas. En especial cuando se da la vuelta y me afronta por mi comportamiento, observándome de manera tenaz y con el ceño fruncido.

Carraspeo levemente antes de contestar:
—Sólo tengo curiosidad, ¿eres híbrido?

Aunque ese no era el motivo exacto por el cual antes lo observaba tan fija y pensativamente, aproveché esa mentira audaz para sacarme la duda.

Chasquea la lengua en respuesta y vuelve a seguir desempacando. Tarda unos cuantos segundos en contestar al punto de casi resignarme por no conseguir una respuesta.

—Sí.

Una pequeña emoción revolotea en mi interior al tratarse de otro híbrido al que conocía. El segundo, concretamente. No puedo evitar contener una sonrisa, aunque pronto se dispersa en mi interior al recordar que se trataba de él. Uno problemático y marginal. Aunque bueno, en algún punto me seguía generando curiosidad.

—Genial, ¿híbrido de qué?

Frunzo el ceño en confusión cuando escucho una vibración baja proveniente de él, muy segura de que se trataba de un breve gruñido de enfado. Contengo la respiración y decido no insistir en el silencio que se hacía.

La noche pasa con tranquilidad contrapuesta con la pesadez de mí misma y una pequeña ansiedad que subía por mi cuerpo al no saber qué sucederá sin la pastilla inhibitoria. Es por eso que en la mañana, cuando la alarma aturde mis oídos, me despierto alterada y algo sudada. Aunque nada parecía haber cambiado en mí o en mi entorno... O al menos eso descubriría hoy con seguridad al relacionarme más constantemente.

MARGINAL ALPHA | bakugou katsuki [+18]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें