Park t/n, 18 años, hija de uno de los empresarios más importantes de todo Corea. Amable y tierna con quienes ama, algo distante con los demás pero agradable.
Lee Heeseung, 23 años, hijo de uno de los empresarios más importantes de todo Corea. Amable...
Me desperté algo tarde, ya que era sábado y no tenía nada que hacer, o bueno eso pensaba.
Estaba tranquilamente cuando de repente mi celular comenzó a sonar, la primera vez lo ignoré, la segunda vez me tapé con mi almohada hasta que sonó por tercera vez y tuve que contestar de mala gana.
EN LLAMADA: -¿Qué?
Jake: Vaya, cuánta agresividad niña. Estoy muy bien gracias por preguntar, también te amo.
Abrí bien los ojos y me di cuenta de que aquella voz provenía de nada más y nada menos que dd Jake, rápidamente me puse recta y le pedí una disculpa.
- Perdóname pequeño Jake, no vi quién era.
Jake: No pasa nada Park — cuando Jake me decía así era porque o se enojó conmigo o está sentido, es todo un dramático—.
- Perdóname, si hubiese visto bien que eras tú ten por seguro que jamás te habría contesto así, ¡yaa, Jeong! perdóname o lloro.
Eso bastó para que Jake soltara una gran carcajada.
Jake: Bien, sólo por ser mi pequeña t/n estás perdonada, siéntete afortunada no siempre pasan estas cosas.
- ¿Cómo estás? —reí—.
Jake: Super, ¿y tú?
- Muy bien.
Jake: ¿ya desayunaste? Bueno más bien, ¿ya comiste?
-No aún no, voy despertando por si no lo recuerdas
Jake: Cierto, a veces se me olvida. Oye, enana, recuerda que hoy a las 9:00 habrá party in my house pero tú tendrás que llegar máximo una hora antes, eres mi invitada especial.
Jake y yo hemos sido amigos desde muy pequeños siendo el hermano menor de los Jeong, Jake y yo formamos una gran amistad, él es 1 año mayor que yo y de verdad, somos como hermanos, ese niño me ama tanto como yo a él.
- Oki, estaré ahí antes, por cierto, iré a hacer una compras y después de eso me voy a tu casita. Te dejo hemanito, iré a bañarme para hacer todo ahorita, chaooo, besitos.
Jake: Chao, princesa, besitos.
Después de colgar la llamada me quedé viendo a la nada como por 10 min. a lo que reaccioné y me di una cachetada, me levanté rápidamente y tomé una ducha, saqué algo cómodo y me cambié.
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Le pedí al chófer que me llevara al centro comercial, minutos después llegamos y le dije al señor Wang que se podía tomar unas horas fuera en lo que yo terminaba de hacer mis compras, yo sabía que iba a tardar alrededor de 2 a 3 horas, así que el señor Wang me dijo que estaba bien y que le avisara minutos antes de que saliera, yo asentí y me despedí de él.
Entré y me entretuve viendo varias prendas en diferentes tiendas, cuando salí un chico alto, no demasiado que yo, ya que soy una chica realmente alta. A veces solía quejarme de mis 1.75 cm. Pero después me acostumbré y me gustó mucho ser alta. Bueno, ese chico chocó conmigo derramando su frappé en mí, ¡agh! Que asco, odio sentirme pegajosa, ¿qué no se pudo fijar?
- ¡Aghh! Fíjate por dónde vas.
El chico y yo conectamos mirada y juro haberlo visto en algún lado pero era más mi enojo que no recordaba nada, él sólo parpadeaba con algo de culpa pero de repente pasó de ser una mirada culpable a una gran carcajada, eso me enfureció más, quería agarrarlo y darle puñetazos en su linda cara de rata.
- ¿Qué te causa risa, idiota? Deberías al menos disculparte pero no, tienes el descaro de reírte en mi cara, que maleducado.
??: Perdona princesa, pero si hablamos de educación deberías tomar en cuenta tu lenguaje —dijo en forma de burla—.
Aghh, ¿quién se cree este princeso?
- No me llames así, hazte a un lado por favor, no quieres que esto pase a algo más —bufé muy molesta a lo que el cara de rata se río aún más de mí—.
Le volteé los ojos y al salir lo empujé y se tropezó con algo que estaba ahí e hizo que cayera sentado al suelo.
- ¡Ay, perdona! —lo miré y me reí de él—.
Escuché cómo aquel chico gritó del enojo y eso hizo que me sintiera mucho mejor, en serio que se lo merecía por tonto. Ya en serio, recuerdo haber visto esa cara de ratoncillo en algún lado pero no sé en dónde. En fin, compré algo para ponerme en ese instante, ya que estaba toda manchada y algo pegajosa, saqué unas toallitas húmedas y comencé a quitarme lo pegajoso. 3 horas después terminé de hacer mis compras y le hablé al señor Wang para que pasara por mí.
- Hola, señor Wang.
Sr. Wang: buenas tardes señorita Park, ¿vamos a casa?
- No, vamos con Jake —sonreí—.
Sr. Wang: Perfecto, vámonos.
Llegué a la residencia de los Jeong, me despedí del sr. Wang y entré.
Cuando entré Eunji la señora del aseo me saludó y me dijo que Jake estaba en su recámara, le di las gracias y subí hasta su cuarto.
-Hola, hola, ya llegó por quien lloraban –me lancé hacia la cama cayendo encima de él—.
Jake: ¡Ah! Un dinosaurio está arriba de mí. Bájate, estás muy pesada.
- Ayy, que llorón eres —rodé los ojos—.
Nos reímos por unos minutos y nos hicimos cosquillas hasta que él se cayó de la cama e hizo todo un drama.
Jake: ¡Auch! Mi rodilla me la quebré Park, ayúdame —lloriqueaba mientras se retorcía según él de dolor—.
- Basta Jake, pensarán que realmente te hice algo, no seas dramático —dije riendo—.
- A ver ven, deja te sobo.
Jake se levantó y fue hasta mí fingiendo un gran dolor, le sobe la rodilla y se le pasó a los segundos de verdad que es un llorón.
- Pequeño Jeong, ¿me puedo meter a bañar? Es que un idiota derramó todo su frappé en mí y no me siento cómoda, de verdad no sé cómo puede haber gente tan tonta en este mundo.
Jake: Tranquila niña lista —se burló—y claro, ya sabes que esta es tu casa y por lo tanto puedes hacer lo que quieras.
- JA, JA —reí sarcásticamente— Gracias, ya vengo.
Asintió y se puso a jugar en su consola mientras yo me dirigía a una de las habitaciones para meterme a bañar lo más rápido.
