- No preocupa tanto eso, se que si alguien se llega a querer propasar contigo les patearias el culo.

-Te hace mucha gracia eso ¿No es asi?

-No tienes idea.

- Ya vamos que llegaremos tarde.

Salimos de casa con el Audi A8 híbrido de mi hermano. Es una belleza de auto. Es su tesoro más preciado. Nos íbamos acercando al gimnasio Holigans, no era tan grande y moderno como en el que yo solo entrenar. Pero contaba con lo necesario para poder trabajar cómodamente.

- Bienvenida a mi centro de trabajo.

- Si entrenaras la mitad de lo que te la pasas hablando estarías peleando mejor.

- Has herido mi ego de boxeador.

- Me tiene sin cuidado.

- Ok vamos gruñona.

Entramos al gimnasio, recorrí rápidamente todos los espacios y lo que más acaparó mi atención ahí fuer el enorme cuadrilátero que se encontraba ahí, y a su lado ¡Joder! Había un octagono en donde se encontraban peleadores amateur nada buenos para mi gusto.

- Hey Jayden que hay viejo.

-Todo bien hermano. Oye crees que tengas vacantes, mi hermana necesita el empleo.

- Claro ya sabes, lo sea por un amigo... Y ¿quién es tu hermana?

- Espera... ¡Atenea!

Ese hijo de.... Me molesta que me griten y el lo sabe a la perfección. Fui donde el se encontraba el con un sujeto.

- Rufus ella es mi hermana Atenea McCleane.

- ¡Maldita sea Jayden! Ella es la Diosa Low, la Diosa Low es tu hermana, es un honor- extendió su mano para saludarme.

- No creo que sea para tanto, por favor no me llames así eso quedo en el pasado.

- Lo siento, es solo que para alguien que le gustan las artes marciales mixtas es un honor tener a alguien como tu en persona.

Solo sonreí, no era para tanto, mi hermano tenia razón tendría que relajarme más seguido. Me pareció un buen muchacho ese tal Rufus. Quizás nos podríamos hacer amigos.

- Y bien que dices tendrás un empleo para ella.- pregunto mi hermano.

- Claro, que te parece si impartes clases de MMA, el otro sujeto que estaba era malisimo creo que todos estarán contentos de tenerte como entrenadora.

- Okey, me parece perfecto.- respondí.

Rufus me acompaño hacia el octagono donde nos esperaban un grupo de hombres quienes me miraban sorprendidos y algunos otros me comían con la mirada.

- Caballeros les presento a su nueva entrenadora, Atenea McCleane, ustedes la deben conocer mejor como Atenea Low. Los dejo para que comiencen su entrenamiento con la señorita McCleane.

Rufus se retiró y de inmediato las diez miradas masculinas se posaron en mi. Iba a empezar cuando el típico fanfarrón del grupo decidió hablar.

- Y que nos puede enseñar alguien como tu, a mentir y engañar ¿quizás?

- A lo largo de mi carrera conocí a gente como tu, quieres intimidar a las personas con palabras para verte más rudo y que te tengan respeto, a la mayoría de esa gente yo le he pateado el trasero, no me gusta la gente bocona. A partir de ahora soy tu entrenadora, así que te atiendes a lo que yo diga, si te digo que corras corres, si te digo que saltes saltas y si te digo que hables hablaras solo cuando yo te lo diga ¿entiendes?

La BoxeadoraWhere stories live. Discover now