Capítulo 12

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El recién nacido John lloraba en su canasta sin saber que, a pocos metros, su padre, Dimitric y su tío, Jonathan se enfrentaban a muerte

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El recién nacido John lloraba en su canasta sin saber que, a pocos metros, su padre, Dimitric y su tío, Jonathan se enfrentaban a muerte. Sus ojos apenas observaban el choque de la luz púrpura y la luz blanca. Clementika observaba desde una pared esperando que su esposo terminara la guerra, pero aquella fe incluso empezó a esfumarse. Era como si intuición sabía el resultado de su marido. Ambos reyes lanzaron un orbe gigantesco, que al momento de chocar, hizo que el castillo se estremeciera. Clementika observó el techo, que ya parecía estar muy inestable. Tomó a su hijo de la canasta y apuró el paso para alejarse de los escombros que caían del techo. Sin embargo, no pudo llegar lejos, ya que unos soldados de Jonathan la interceptaron.

Clementika colocó la canasta en el suelo y se llevó la mano al moño de su cabello, desde donde sacó una daga con la que amenazó a los soldados. Pero estos solamente se burlaron ante los movimientos de Clementika que evidenciaban su inexperiencia. Uno de los soldados la arrojó al suelo y le desgarró el vestido para apuñalarla en el abdomen. Los demás se fueron turnando hasta que Clementika derramó su sangre y la salpicó hasta en su pequeño bebé.

— John, lamento no poder cuidarte— dijo Clementika con dificultad debido a la sangre que le salía por la boca.

Los vampiros no estaban a gusto con su trabajo, así que se agacharon para beber un poco de sangre fresca. En ese momento, que para Clementika y John se sentía una eternidad, sus miradas se encontraron en búsqueda de consuelo. Clementika pudo decirle a su hijo que lo amaba antes de que sus ojos jamás volvieran a abrirse.

Tomaron la canasta y se dirigieron donde se encontraba Jonathan. Al llegar descubrieron que el rey Dimitric había sido asesinado. Seis espadas atravesaron su cuerpo. Los soldados estaban eufóricos al saber que la guerra estaba ganada. Mientras que el pequeño John, a pesar que no comprendía la situación, observar la sanguinaria escena le provocó un terror que lo hizo llorar aún más fuerte.

— Así que este es mi sobrino—dijo Jonathan sosteniéndolo. John clavó su aterrada mirada en su tío—. Tranquilo, pequeñín, pronto cumplirás tu gran misión.

Un círculo mágico con una estrella de once puntas apareció en el centro de la habitación. Jonathan colocó a su pequeño sobrino donde convergían todas las líneas. Después, un pentagrama apareció atrás de Jonathan. Metió sus manos en este y fue sacando una copa a la vez hasta llegar a la doceava. Con ayuda de los soldados las fue colocando en cada punta. Luego pidió acercar los cadáveres de Dimitric y Clementika del cuál sacó sus sangres y las mezcló en un cuenco dorado. Tomó su daga que colgaba de la cintura y realizó un corte en su mano. Derramó la sangre en el cuenco y volvió a mezclar.

Se acercó al bebé y realizó un corte en su pequeña palma, lo que hizo que este llorara. Unas cuántas gotas eran suficientes para completar el ritual. Jonathan se sentía tentado de devorarse a su sobrino. El olor de la sangre era irresistible, más de lo normal. Controló sus impulsos mientras se mordía los labios. Terminó de mezclar la sangre y llenó las doce copas.

Ritual de sangre #PGP2024Where stories live. Discover now