Inseguridad.

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La pelinegra se encontraba descansando después de un movido día, ya faltaba poco para que los gemelos regresaran con la respuesta del reino del sur volvió al castillo para cenar con la emperatriz no pudo evitar caer rendida en su cama, lastimosamente lo que para ella fue poco tiempo antes de ser despertada por los murmullos de sus damas de compañías.

- No podemos decirle a la princesa que el emperador nos obligo a tratar a esa chica -la peli castaña estaba abriendo las cortinas hablando con las de ojos rojos- Si se entera podría empezar una pelea.

-A mi no me importa Alice -la chica dejo la bandeja del desayuno sobre la mesita- Yo vine a este imperio solo para servirle a la princesa no a una sucia esclava.

-Calla Diana, por favor evitemos una pelea que sabes como suelen acabar -la contraria se quedo callada pues tenia razón- Su alteza buenos días, su baño ya esta listo.

- Buenos días chicas -la princesa asintió y camino hasta el baño para apresurar las cosas pero noto el extraño comportamiento de sus damas que usualmente siempre discutían hasta por la posición de una cuchara- Chicas, ¿Paso algo mientras nos quedamos con la emperatriz?

- Bueno -se vio como la castaña trataba de encontrar las palabras correctas aunque fue interrumpida por la de ojos rojos- Su majestad el emperador trajo a una chica cuando volvió de la cacería, mientras hacia que las dama de la emperatriz la bañaran a nosotras nos pidió que le preparemos su desayuno

- Su alteza yo hasta ahora solo serví la comida para usted -la otra chica solo asintió- Pero una vez estuvo limpia no se puede negar que la muchacha posee una gran belleza comparada con la duquesa de Tuania -la pelinegra solo suspiro ante lo ultimo- Y por supuesto que esta por debajo de usted y la emperatriz.

- Pero el emperador parece no estar de acuerdo -la pelinegra espero a que siguiera hablando- se le notaba que estaba bastante preocupado por ella, sin importarle que estuviéramos presente. 

- Bueno, posiblemente sea una esclava fugitiva -tome la tasa para poder terminar mi desayuno- Mi hermano siempre tuvo una ligera debilidad hacia las mujeres que sufrían la esclavitud, solo le dará posada y luego una vida estable. 

Luego de eso la princesa se levanto para ir a su escritorio dando a entender que la conversación termino, aunque sus damas tenían razones para sospechar de una amante, Leonor se negaba hacerlo, ellos mas que nadie vieron como la antigua emperatriz sufrió y las peleas que se hicieron por una amante, se negó a creerlo y seguiría así hasta su almuerzo. 

Leonor se encontraba caminando por los pasillos hasta el cuarto de su hermano, la había mandado a llamar para su almuerzo semanal, era una costumbre que odiaba pero no podía negarse fácilmente, al llegar espero ser anunciada para luego entrar.

- Saludos al emperador de Oriente -la chica hizo una pequeña reverencia hacia su hermano y se levanto hasta que este le indico- Me alegra verlo que goza de buena salud.

- Claro, toma asiento que debo atender otro asuntos y solo tengo poco tiempo -la menor asintió y se coloco en su puesto esperando que el contrario coma- ¿Cómo te fue en tu viaje?

- Muy bien su majestad, la emperatriz le manda saludos -al ver su sonrisa burlona prefirió no seguir ese tema- Por cierto escuche que trajiste contigo una esclava fugitiva.

- Ese no es un tema importante -al ver que intento cortar el tema la molesto- Me alegro saber que con el emperador Dareck tengan una relación tan intima.

- Por supuesto, me conto que planea comprometerse con la hija del Duque Black, espero sean felices -sonrió pues aunque era una vil mentira quería volver al tema importante- Dejando eso de lado, tomare a la esclava para velar por su salud, una vez este sana le daré dinero, casa y trabajo para que pueda sustentarse de por vida.

- No te metas en temas que no te conciernan Leonor -ambos dejaron de comer pero la mirada del mayor hacia la menor era fría- Doy por terminado el almuerzo, mi apetito se fue así que ve a seguir con tus deberes.

- Como usted ordene -la chica luego de hacer una reverencia salió de la habitación- Alicia, por favor prepara todos los papeles atrasados y llévalos a mi escritorios, necesito ponerme al día.

La princesa no tenia intenciones de quedarse así que preparo todo para poder ir a la parte norte del palacio y poder seguir trabajando lejos de todo lo que suceda en el palacio principal, su tranquilidad se transformo en estrés pues no quería afrontar la posible realidad ni los extraños rumores que aparecerían así que se aisló por unos cuantos días, recibió a los gemelos con alegría y ellos se adaptaron de inmediato luego de darle la buena noticia. 

- Su alteza, una carta de la emperatriz -la pelinegra extendió la mano aun sin alzar la vista de los documentos que tenia- Seria mejor si lo lee ahora.

- ¿Qué es tan importante? -suspiro antes de tomar la carta y observar la invitación para tomar el te- Es hoy, bueno, supongo que podría tomarme un descanso.

La menor dejo todo en orden y se preparo para salir, por unos minutos pudo pensar en su comportamiento egoísta, solo vio por si misma sin pensar en como se sentiría su cuñada, suspiro cansada de todo este problema que su hermano había causado y que no le interesaba arreglar de ninguna manera, mientras caminaba vio como Alicia y Diana se ponían a su lado y Kayden iba por detrás de la formación.

- Sebastián y Yanet les encargo mantener este lugar en calma -los dos asintieron algo preocupados por no poder acompañarlos- Yaret ven conmigo por favor

- Por supuesto su majestad -el chico se posiciono detrás de Kayden pero este lo hizo ponerse delante- No, yo debería ir atrás. 

- No te preocupes por eso, Kayden tiene de orden cuidar de todos nosotros -la chica sonrió al ver al joven- vamos rápido, odio llegar tarde.

Sin mas problemas los cincos caminaron en dirección al jardín para encontrase con la emperatriz,  mientras mas se acercaban los rumores eran mas fuertes ¿El emperador va a verla todos los días?. Todos esos rumores estaban empezando a molestarla pero avanzo sin querer molestarse por ese tema.

- Yo digo que deberíamos decretar cortarle la lengua a los chismosos -la menor vio como la rubia se sobresalto al escucharla pero supo ocultarlo- Los chismes solo sirven para entretenimiento malicioso.

- Lastimosamente es de lo único que se habla en este momento -su expresión volvió a ser seria aunque se asomaba una pequeña sonrisa- Me da gusto ver que pudo venir.

- ¿Es ella? -ambas mujeres se vieron extrañadas al escuchar voces- ¡Chist! ¡No, Lady Rashta! -al voltear ambas se encontraron con una peliblanca sentada en el suelo feliz- ¡Hola!

- ¿Es ella? -ambas mujeres se vieron extrañadas al escuchar voces- ¡Chist! ¡No, Lady Rashta! -al voltear ambas se encontraron con una peliblanca sentada en el suelo feliz- ¡Hola!

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La hermana de SovieshuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora