Leonor había decidido tomarse un descanso lejos de las paredes del castillo, tanta soledad le estaba abrumando por lo que sin pensarlo, pues no creía que si se iba por un corto tiempo seria malo, viajo a visitar a sus amigos para distraerse y ver co...
El sol había salido hace poco pero ya se podía escuchar como poco a poco los pasos se volvían cada vez mas intensos, muchos de ellos sabían que si llegaban tarde a sus puestos todo podría salirse de control o podrían hacer enojar a las personas equivocadas y sus empleos o sus vidas corrían peligro.
En medio de este caos en una gran habitación se podía notar una cabellera negra moverse tratando de volver a conciliar el sueño pues anoche se había quedado hasta tarde revisando unos papeles que su hermano dejo incompletos antes de irse, todos en el palacio sabían que el humor de aquella chica dependía de a que hora, quien y para que motivos era levantada por lo que si alguien tenia que pasar por su puerta o lo hacia de manera rápida o lenta.
- Voy a arrancarle la cabeza a la primera persona que entre a mi habitación -Ya con el ceño fruncido tomo su almohada y la puso sobre su cabeza para evitar la luz y el sonido- En este lugar es imposible dormir.
Al pasar pocos minutos se escucho la calma, nadie hacia ruido de ninguna forma por lo que con una sonrisa ingenua volvió acomodarse para dormir pero claro, ese calma solo le duro segundo.
- ¡Es momento de levantase su alteza! -La pelinegra ya con un vestido adecuado a ella la tomo de los hombros para sentarla- Debe asistir a la fiesta del te que su majestad la emperatriz organizo para usted antes de la llegada su majestad el emperador que llegara de su cacería.
- No vuelvas hablar de eso -la voz calmada de la menor fue suficiente para que todos volvieran a su posición inicial- Desearía no haberme enterado que su importante viaje era ir a cazar y vivir felizmente en la ignorancia
- Su alteza, vamos a llegar tarde y la emperatriz Navier se podría molestar con usted -la voz calmada de Yanet la hizo asentir y estiro sus brazos dando la señal de que podían comenzar- Por favor Sr. Sebastián, espérenos afuera y también asegúrese de que Yaret limpie el cuarto a la perfección.
El mayor asintió y se fue dejando a las chicas preparando a la princesa, ellas se encargaron de bañarla, peinarla, traer su desayuno a paso lento pues esa había sido su rutina desde que empezaron a trabajar con ella, no era difícil porque ella era linda, amable y que si cometían un error solo debían explicarlo sin miedo. Se había ganado el aprecio de todos e inconscientemente su lealtad que sin saberlo los 5 siendo solo sirvientes eran capaz de traicionar al emperador solo por la princesa.
- Ya estamos, le pediré de favor a la emperatriz que una vez mi hermano regrese me ayude a ir a un viaje hacia el Norte, quisiera hablar con Dareck sobre un asunto -ya listo empezó a caminar hacia el cuarto de Navier- También debemos ayudarla con su fiesta, Yanet y Yaret, necesitare que hagan un recado por mi así que por favor adelanten su trabajo que partirán hoy por la noche
Ambos chicos asintieron, era normal que ellos sean los que salieran de viaje así que no les tomaba por sorpresa esa orden, aunque siempre les molestaba dejar a la chica sola pues fueron testigos de las múltiples ocasiones en que las peleas de hermanos avanzaban que temían no estar para protegerla.
- Sebastián también, llama a Kayden, necesito hablar con el de manera rápida -el mayor asintió y se separo del grupo en dirección al campo de entrenamiento- Diana y Alicia ustedes las quiero avispadas, me ayudaran con la fiesta y todo lo que pueda -ambas asintieron emocionadas- Y espero llegar porque ya me canse.
- Así es su alteza, ya llegamos -las chicas tocaron la puerta y al escuchar la invitación abrieron la puerta para que la chica pasara- Con ustedes su alteza imperial la Señorita Leonor Vikt
-Bienvenida su alteza -la rubia hizo una leve inclinación mientras sus damas de compañías hicieron la reverencia completa- Por favor pase
- Gracias emperatriz Navier -las tres se inclinaron ante la rubia para poder acercarse- ¿Deseaba verme el día de hoy?
- Correcto princesa -ambas salimos al jardín donde estaba todo preparado- Incluso aunque fueran pocos días su ausencia en el palacio se sintió, el silencio estaba hasta el ultimo rincón, por favor, acompáñeme a tomar el te mientras me cuenta de su viaje.
- Por favor, llámeme simplemente Leo -ambas se sentamos frente a frente pero con una cálida sonrisa- Y que le puedo contar, la emperatriz Latrasil es una mujer muy bella, inteligente y de carácter fuerte, hablamos un poco y mantendremos los lazos que ya teníamos
- Eso es bueno escucharlo, será una gran alianza si podemos hacer acuerdos económicos -tomo un poco del te servido- ¿Y el emperador Darek?
- Bueno, el esta en perfecto estado de salud, los rumores de su belleza no le alcanzan, aunque lo de despiadado no sabría decirlo -ambas reímos de forma suave- Pero esta interesado en crear un acuerdo, el Imperio del Norte exportara frutas y joyas que solo ellos poseen mientras nosotros podamos exportarles telas y algunos magos.
- Eso suena un excelente trato, el imperio del Norte es conocido por no exportar ninguna piedra o joya, si se logra concretar será una gran oportunidad-la emperatriz se veía emocionada- Pero ya estoy a cargo del negocio con Luipt deberé mover mi agenda
- Emperatriz Navier, disculpe si sueno metida pero los negocios con el Imperio del Norte lo manejare yo -la contraria se vio ligeramente sorprendida por la reacción de la pelinegra- Fue una promesa que le hice al Emperador Darek
- Entonces lo dejo en sus manos Leo -la rubia sonrió- Me gustaría pasar el día con usted, debo comentarle varias cosas y pedirle algunos consejos -ambas terminaron de comer sus bocadillos antes de levantarse-
- Sera un placer ayudarla, por favor, permítame un momento que debo hablar con Sr Break de unos asuntos y ahora la alcanzo -sin esperar mucho se despidío para alcanzar al peli negro que esperaba en la puerta del patio- Discúlpeme la demora
- No se disculpe su majestad, yo la puedo esperar incluso días si así lo desea -se arrodillo para tomar mi mano y dejar un beso en esta- Dígame su orden y la cumpliré
- Sabes que no es necesario todo esto -un ligero sonrojo apareció en sus mejillas- Yanet y Yared viajaran por orden mía al reino del Sur por lo que necesito a una persona leal, confiable y capacitado para que los acompañe en su travesía.
- Mandare a Jiwoo entonces, es mi mano derecha y un guerrero feroz -asentí y me despedí- Si eso es todo me retiro su majestad
- Claro, pero dime su alteza, su majestad solo es para los emperadores -el contrario solo sonrió divertido- ¿No te voy a convencer verdad? -el chico solo negó- Ya que, anda, ve ahora avisarle a Jiwoo porque partirán hoy a la noche.
El chico asintió y se retiro, la princesa volvió con la emperatriz para seguirla a su lugar sentándose debajo de su asiento a escucharla, aconsejarla y que me contara historias pasándola como cuando aun éramos unas niñas disfrutando de la compañía de la otra contraria sin la intervención de mi hermano.
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