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Jeon Jungkook tiene un gran admirador desde hace muchos años, esa persona siempre lo trata como si él fuera su mundo entero. Sus ojos brillan como dos preciosas estrellas cuando lo mira y una hermosa sonrisa se extiende en su ro...
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J
imin observó la puerta del baño por alrededor de quince minutos debatiéndose si debía irse o si lo mejor sería quedarse, no quería dejar así las cosas con Jungkook. No le gustaba para nada esa horrible sensación de vacío en su pecho cuando discutían; no sería lo más maduró de su parte irse así nada más y dejarlo solo.
Además sabía que Kook tenía muchas razones por las cuales sentir odio por sus progenitores y su hermano. Habían hablado tanta basura de él y lo habían metido a la fuerza a esa asquerosa cárcel. Si lo pensaba demasiado él también comenzaba a sentirse molesto y con rabia, ¿quizás debería dejar de insistir con dicho tema y dejar a su familia de lado? No lo sabía.
Ahora su preocupación era ayudar a Jungkook, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo, quizás recibir ayuda externa sería una buena idea.
Soltando un suspiro camino hasta la cocina y de allí sacó un recogedor y una escoba comenzando a barrer silenciosamente el desastre de aquel florero.
Al acabar tiro la basura y lavo sus manos muy despacio. Todas esas peleas y amarguras le estaban haciendo más daño de lo esperado; ¿como lo sabia?, pues aquel dolor en su vientre se lo dejaba muy claro...
Trago grueso y apretó la fría encimera con fuerza.
—Estamos bien nene, todo esta bien...—murmure y apreté más fuerte la fría superficie de mármol— Uhg, vamos bebito no me hagas esto —mi pecho comenzó a subir y bajar erráticamente. Dolía, y no quería ni pensar porque.
Un quejido bajo salió de mis labios y me encogí por el molesto dolor.
En ese momento la puerta del baño fue abierta y pasos resonaron por el lugar. Jungkook se asomó por el umbral de la cocina y frunció el ceño al ver a Jimin de esa forma.
—¿Que tienes? Bebé —preguntó y se acercó con rapidez al menor.
—Me duele el vientre...—susurre y al tenerlo cerca me aferre a su cuerpo— Llévame al sofá
Jungkook de inmediato hizo caso y lo cargo con delicadeza, lo recostó en el sofá y corrió a la cocina por un vaso con agua.
—¿Que tanto te duele?
—Mm, un...8 —solté un quejido y apreté su mano con fuerza.
—Amor debemos ir al hospital para que te revisen, puedes tener un abortó espontáneo —justo ahora se sentía una mierda completa, había provocado que Jimin enfermara por gritarlo de esa horrible forma.
—No es eso...—susurre y llevé una de mis manos hasta su cuello acariciando este— ya esta pasando, ¿estoy manchado?
