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Jeon Jungkook tiene un gran admirador desde hace muchos años, esa persona siempre lo trata como si él fuera su mundo entero. Sus ojos brillan como dos preciosas estrellas cuando lo mira y una hermosa sonrisa se extiende en su ro...
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{Maratón 4/4}
《5:30 de la tardé casa de los Park》
Jimin se encontraba en su habitación caminando de un lado a otro. Se sentía frustrado, desesperado y muy enojado. con todas esas emociones que tenía dentro sabía que su pancita pronto comenzaría a dolerle y eso no era para nada bueno.
Quería relajarse pero le era imposible, a diario imagina miles de los escenarios posibles que estaba viviendo su hyung. En todos él sufría...
Necesitaba ayudarlo a salir de aquel horrible agujero pero por más que pensaba no se le ocurría nada.
Ahora que su hermano sabía de su embarazo no tenía certeza alguna de qué pasaría, tal vez con la noticia sólo logró empeorar las cosas.
Si reacciono mal al saber que ya habían tenido relaciónes no quería ni pensar en como estaba ahora.
Soltando un suspiro se sentó en la esquina de su cama y se dejó caer con suavidad, deslizó sus pequeñas manos por su pancita y suspiro.
—¿Que haremos sin papi? —susurró con suavidad. Ya tenia un mes y una semana. El tiempo había pasado volando, antes habría querido que pasara más rápido para poder conocer a su lindo bebito; pero ahora solo deseaba poner todo en pausa para esperar a su hyung.
Esperarlo cuatro años era demasiado, no podía permitir que se perdiera casi toda la niñez de su bebito. Sabía lo mal que Jungkook se sentiría así que intentaría convencer a sus padres o a su tonto hermano.
Decidido se levantó de la cama y camino hasta la puerta, de repente está fue abierta de golpe haciéndolo tropezar para atrás.
—¡Que te pasa imbécil! —chille con enojó—. ¡Me pudiste hacer daño! —me levanté del suelo cuidadosamente y sacudí mi ropa haciendo mala cara.
—¡Lo siento!, tengo algo que decirte —Yoongi hablo con rapidez.
—¿Que? —solté con indiferencia. ¡No entiendo como demonios puede ser tan descarado! ¿Acaso olvida todo lo que me ha hecho?— ¡habla!
—Ya, ya. Cálmate —levantó sus manos en señal de paz. Guardo su celular en uno de sus bolsillos y observó a Park con una sonrisa—. Pague la fianza de Jungkook y logre que retiraran todos los cargos impuestos. Esta noche podemos ir a recogerlo
—¡¿Q-que?! —mis ojitos azules brillaron de emoción—. ¿H-hablas en serió?
—Si enano, te prometí que lo iba a solucionar
—¡D-ios! —chille de emoción y cubrí mi boquita.
—Si quieres me acompañas, estaremos llegando allí alrededor de las seis o siete
