Cincuenta y cuatro

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Cuando terminé, puse una serie de comedia a reproducirse en mi laptop pero no le dí importancia ya que comencé a revisar mi celular, mis redes sociales. Y entonces miré la última conversación con Taehyung. No habíamos hablado mucho. Y yo por culpa de mi tímidez siempre me quedaba callada.

Las palabras de Aisha volvieron a resonar en mi cabeza y pensé, ¿debería escribirle?. Mordí mi uña, algo indecisa.

—Vamos Yirem...—murmuré para mi misma—. Lo más malo que puede pasar es que te deje en visto.

Cerré mis ojos con fuerza y tomé una gran bocanada de aire. Era ahora, o nunca. Así que con los nervios recorriendo mi piel, teclee un mensaje para él.

Hola.

—¿No se te pudo ocurrir algo mejor? —me recriminé, con un bufido.

                                 Taehyung;

Salí del cuarto de baño solo usando un pantalón gris de algodón de pijama. Moví la toalla encima de mi pelo mientras me asomaba por las paredes de cristal que rodeaban mi habitación y me permitían una preciosa vista de la noche en Seúl. Me encantaba ese apartamento por esto. Era tranquilo, elegante, y con una excelente vista a cada hora.

Me dirigí a la cocina, abriendo la nevera. Había cenado hace rato pero se me antojaba algo de comer. Así que decidí prepararme un buen sándwich.
Cuando lo hice, lo puse encima de un platillo y tomé una cerveza de adentro del frigorífico para dirigirme hacia la sala poniendo todo encima de la mesita de cristal frente al televisor.

Fui a mi cuarto abriendo el closet para sacar una cómoda camiseta, y mi celular encendido encima de la mesita de noche al lado de la lamparita captó mi atención.

Lo tomé, adentrando mi otra mano dentro de uno de los bolsillos delanteros de mi pantalón y volví a dirigirme a la sala desbloqueando el celular. Me senté en el sofá, y observé que había sido un mensaje. Me dispuse a tomar un poco de mi cerveza, pero me detuve en el momento que ví que el mensaje provenía de una personita que en un chasquido de dedos se había colado en mi cabeza con esa inocencia y timidez que la caracerizaba.

Abrí el chat, y leí su mensaje. Era un simple "hola", pero no me incomodó. Más bien me hizo sonreír levemente.

Me acomodé en mi sofá, comenzando a responderle. Esta vez no iba a dejar que la conversación muriera tan rápido como las otras veces.

"Estoy sorprendido.
Pensé que te habías olvidado de mi".

Ella tardó un poco en leerlo, pero al insntante ví su escribiendo y cogí mi cerveza dandole otro sorbo mientras llegaba su respuesta.

"Disculpa. Realmente...me daba pena escribirte. Sé que soy un poco tonta".

Respondí:

"¿Pena?. ¿Por qué?. Yo soy inofensivo. No me como a nadie"..

"O bueno, no aún".

Lo envié.

Pero al instante me arrepentí.

Sabía que ella no era igual que las otras mujeres que había conocido y que debía ser más discreto a la hora de hablar con ella. Pero se me dificultaba. Mordí mi labio. Solo esperando que mi comentario no hayase sido ya demasiado.

Respondió:

"Está bien. Lo tendré en cuenta".

Cuando ya decía eso, sabía que estaba en ese punto en el que le daba tímidez abrirse conmigo. Así que decidí presionar el ícono de llamada. A lo mejor no respondía. Y si era el caso, iba a acudir a otra forma de acercarme a ella. Pero esta vez, lo intentaría. Sin embargo, me sorprendió que a los segundos -antes que la llamada cayese-, ella contestó.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Where stories live. Discover now