Veintisiete

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Mini maratón 1/2

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                      Hyeri;

—¿¡Que intentó hacer que!? —gritó Aisha mientras Yirem estaba en una especie de shock asimilando lo que les había acabado de contar.

—Pues sí —musité—. Eso pasó.

—Hay que denunciar a ese imbécil  —dijo ella en seguida—. Madre mía. ¿Y si Jeon Jungkook no llegaba?. No Ri, no me perdonaria nunca por haber sido la causante de esto –negó ella angustiada y viendome preocupada.

—Está bien, Aisha. Tu no tienes la culpa —la miré—. No eramos adivinas para saber que ese chico era así y tenía esas intenciones.

—Lo importante es que estás bien —suspira Yirem mirandome y asentí, con una corta sonrisa.

—Yo sigo pensando que deberiamos denunciarlo —continuó Aisha.

—¿Y que se supone que diremos de él?. Ni siquiera sabemos si se llama asi o si, sus amigos y él era quienes dijeron que eran —esta vez respondió Yirem y estaba completamente de acuerdo con ella porque tenía mucha razón. Negó, seguidamente—. Olvídalo. Al final de cuentas, no lo vamos a ver más y, esto conlleva a tampoco tener citas ciegas con desconocidos ¿ok? –señaló a Aisha y esta, hizo un puchero. Sonreí divertida.

—Vale —asintió ella, suspirando—. Debería darle las gracias a Jeon Jungkook.

Alcé una ceja, cuando dijo eso, y tanto ella como Yirem me miraron traviesas y con sonrisitas de pícara.

—Siempre llega en el momento perfecto e indicado, para salvarte de lo que sea que te esté pasando.

Puse mis ojos en blanco.

—De hecho, es horrible que siempre llegue en esos momento —contesté yo—. Es como si últimamente estuviese dependiendo de él.

—Casi, casi —dijo sonriendo divertida Yirem y suspiré negando.

                          Jungkook;

Patee con fuerza el saco de boxeo, y lo detuve para dar algunos brinquitos mientras golpeaba el saco por ambos lados, al costado, debajo, en medio. Detuve este luego de unos minutos de haber estado practicando. Me fui quitando los guantes y extendí mi mano hasta alcanzar la botella de agua y abrir esta y darle un gran sorbo al líquido mojando mi garganta. Me giré cuando sentí como las puertas se abrían y entraba Jimin.

—Hasta que te encuentro —dice.

Tragué y lo miré.

—¿Que pasa? —pregunté, seguidamente cerrando la botella.

—Pues de pasar, pasar, no pasa nada —comienza a decir haciéndose el misterioso y arqueo una ceja mirándolo—. Pero tenemos un asunto pendiente con Jaeyoo.

—Ah. Eso —asentí—. Lo sé.

—Me alegra. Porque pensé que se te había olvidado —continuó con sus comentarios, que estaba notando que quería dar a entenderme a algo con ellos.

Cruzo mis brazos viendolo.

—¿Intentas decirme algo? —pregunté, mirándolo.

—La verdad es que no iba a decir nada pero ahora que lo mencionas —dice haciendo ademanes con sus manos, como si estuviese dando una explicación detallada de lo que decía—. ¿Puedo saber que te traes entre manos con la hermana de Sung?.

Debí imaginármelo.

Me encogí de hombros ante su pregunta y me agaché para tomar la toalla y limpiarme un poco.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora