Prólogo

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                       Hyeri;

—Dios...¿y esa cara de me estoy muriendo? —pregunta Aisha entrando a mi departamento con Yirem.

Intenté sonreírle pero me salió una mueca.

—Es que me estoy muriendo —dije entre dientes cerrando la puerta y con la mano encima de mi vientre mientras me arrastraba literalmente.

—Menos mal que tienes unas mejores amigas maravillosas —dice Yirem sonriendo y muestra un bolso—. Te trajimos todo lo necesario. ¿Quieres una pastilla para los dolores?.

—Por favor —la miro y ella asiente dirigiendose a la cocina. Aisha se sienta a mi lado en el sofá.

—En serio te pones pésima en tus días —dice mi amiga mientras me analizaba.

—Pésima es una palabra muy poco para como me pongo. Dios ni que fuera dar a la luz —susurro.

—Toma, Ri —llega Yirem y me entrega una pastilla con un vaso de agua que agradezco y en seguida tomo.

—Sé que estoy en una etapa decisiva en la universidad pero les juro que no podía ir hoy. Ni siquiera sé como me levanté de la cama.

—No te preocupes. Te trajimos los apuntes para que te vayas poniendo al día —Aisha sonrió.

—Gracias.

—Bueno...¿necesitas algo más? —me pregunta seguidamente Yirem.

—No. Estoy bien. Ahorita más tarde me prepararé algo de comer —dije simple.

—Mañana si irás a la universidad ¿cierto? —Yirem alza una ceja y Aisha saca una libreta para tendermela.

—Gracias —la tomo. Luego miro a Yirem—. Espero al menos no tener dolores y sí, pienso ir.

—Bueno, cualquier cosa nos llamas ¿vale?.

Asentí energicamente y cada una besó mi frente antes de salir de mi departamento. Bufé haciendo un pequeño puchero al final y me levanté murmurando maldiciones mientras me dirigía a mi cuarto y tomaba mi celular para ver si había noticias de mi hermano. Pero los mensajes seguía siendo leídos y me preguntaba donde estaba, que hacía.

Hace tres meses más o menos no sabía nada de él. Y me preocupaba mucho, a pesar de que ya fuera un adulto y se hiciera cargo de sus propias cosas. Pero lo que me preocupaba era la salud de mamá y papá ya que seguían preocupados por su desaparición. Desaparición que no sabíamos el porque y lo único claro era que debía haberse metido en un lío cuando se ha ido sin dejar rastro y para colmo ni llamaba y tampoco respondía mensajes.

Solo esperaba que estuviera bien y que tampoco fuese grave su situación; sea cual sea.

                  Jungkook;

—S-señor Jeon, le aseguro que no tengo el dinero —dijo entre temblores el hombre mientras sudaba y no dejaba de tartamudear.

—Y yo te creo, claro. Como no —dije sarcástico.

—P-pero...¡es la verdad! —vuelve a repetir mientras estaba de rodillas frente a mi y suplicaba—. Y-yo tengo familia ¿sabe?.

—Y yo quiero mi dinero —escupí serio. Lo empujé con mi pie y miré a Jimin haciendo un gesto con mi cabeza.

Él y otros de mis hombres lo siguieron y empezaron a revisar la casa. Me agaché frente al hombre que seguía temblando y estaba a punto, de tener un infarto.

—Es mejor que me digas donde está el dinero —dije serio—. Será peor que lo encuentre yo ¿no?.

—P-pero le juro q-que no lo tengo —repitió asustado.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Where stories live. Discover now