Treinta y cuatro

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                        Hyeri;

Daisy dijo que se encargaría de cerrar, así que luego de despedirme de ella abotoné los botones de mi blazer y adentré mis manos dentro de los bolsillos delanteros de este para comenzar a caminar hacia mi departamento.

Miré hacia atrás, sin poderlo evitar y allí estaba la camioneta de la cuál me acostumbré ya.

Me detuve, antes de cruzar a la otra calle y vi de reojo como esta hizo lo mismo. Por alguna razón, la conversación con mis amigas, y las palabras de Daisy hicieron eco en mi cabeza.
Una ráfaga de viento, agitó mi pelo despeinandolo y yo organicé los mechones desordenados detràs de mis orejas y decidida me giré caminando hacia allí.

Cuando abrí la puerta del asiento copiloto, el mismo hombre de la otra vez ya hacía ahí. Reaccionó en seguida.

—Señorita le pido por favor que no me pida que la deje de seguir porque no puedo.

—Lo sé —respondí yo—. Y no vengo a pedirte eso. Pediré otra cosa.

El alzó una ceja y con el rostro confundido preguntó.
—¿Que necesita? —preguntó, entonces.

—¿Me llevas a ver a Jeon Jungkook? —indagué—. Necesito hablar de algo importante con él.

El pestañea varias veces. Pero asiente y le sonrío cortamente adentrandome  al auto. Cierro la puerta y me coloco el cinturón de seguridad. El enciende el auto y entonces me dedico a mirar por la ventanilla durante el viaje.

Llegamos en pocos minutos a su casa. O bueno, mejor dicho mansión. La cuál seguía y continuaba lujosa como siempre.
El hombre incluso me acompañó hacia la entrada de la casa y la señora de la otra vez; la criada, se hizo presente.

—Oh. Es la chica de la última vez —comenta.

—Hola —le hice una pequeña reverencia.

—Ella vino a ver al jefe —explicó el hombre. La mujer me volvió a mirar y asintió despacio.

—Sigueme por favor.

Le agradecí al hombre que me trajo y luego seguí a la señora por la casa. Me quedé un poco perpleja al notar que esta era aún más grande por dentro de lo que parecía. Ya había estado aquí varias veces, pero seguía conociendo más y jo. ¿Cuantos pasillos tenía esto?.

Atravezamos uno que estaba alumbrado con varias lámparas que ya hacían en la pared hasta llegar a una última puerta en la que nos detuvimos.
Y recordé vagamente que ya había estado aquí.

—Esta es la oficina del señor Jeon —explicó ella—. A lo mejor si hubieras sido otra persona te hubiera dicho que esperaras en la sala. Pero es que me he dado cuenta, de que tu y el...tienen algo.

—Oh. Eso-

—No importa. El está alla adentro. Con permiso.

Le hice una reverencia y ella se fue. Desapareciendo a los segundos.
Suspiré y entonces me dirigí hacia la puerta dando pequeños golpes en la madera de esta.

—Adelante —indica desde adentro y su voz se escucha un poco más grave.

Muerdo mi labio y tomo la manija, abriendo la puerta. Y la gran oficina en la que estuve hace tiempo atrás, se muestra ante mi. Una increíble decoración con tonos como el rojo vino, una gran estantería adornando esta, con unas anchas y grandes ventanas que mostraban a la piscina, sofás, y justo en el medio, detrás de la mesa de trabajo estaba él. Leyendo algunos papeles.

—¿Puedo pasar? —pregunto captando su atención. Y lo hago.

El levanta su cabeza en seguida. Mirandome.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora