TREINTA Y SIETE

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En clase de Filosofía, estaba sentada al lado de Jessica y Conrad estaba sentado detrás de mí.

Hoy ha sido un día relajado, no ha sucedido mayor cosa. Al parecer a casi nadie le importa ya el video de Matt borracho, eso es bueno para mí. He evitado estar cerca de él lo más posible, a pesar que la gente ya no habla de mí, aún estoy molesta por eso que hizo. No espero nada de él, sé que jamás en la vida se disculparía pero lo mínimo que puede hacer es alejarse.

Es experto en hacer eso.

Ya no suelo sentarme siempre al frente, ahora no me importa tanto eso, además Matt tampoco ha escogido la primera fila. Busca lugares lo más lejanos de mí posible. Me alegra que sea así.

Mientras que Jessica me daba su fuerte crítica sobre la película "Chicas Pesadas 2" y de cómo habían arruinado completamente la historia, Conrad jugaba con mi cabello entre sus dedos.

Jessica no se sorprendió mucho cuando Conrad le avisó que él es mi novio ya que según ella, nos veíamos hechos uno para el otro desde que nos encontramos en el centro comercial. A pesar que yo pensaba que a Jessica le gustaba Conrad, parece que realmente no es así. Es más, hay días donde parecen agua y aceite.

Jessica le pide constantemente a Conrad que me de mi propio espacio, que no esté pegado a mi todo el tiempo y él se molesta contestándole que le buscará un novio para que me deje salir a solas con él.

Honestamente, sus peleas me causan mucha gracia.

Jessica no deja de regañarlo cada vez que toca mi cabello diciendo que lo hará grasoso, que no es bueno tocarse el cabello tantas veces con las manos sucias. Conrad se defiende afirmando que jamás tiene las manos sucias. Yo no digo nada.

—Conrad, Amalia no desaparecerá si la dejas un segundo, ¿Por qué eres tan pegajoso con ella? Das pena.

Conrad se inclina hacia mí y me da un beso en la mejilla. —Déjame, estas celosa que Amalia tenga un novio tan perfecto como yo.

Jessica suelta una carcajada. —Créeme Hall, estoy feliz por Amalia pues ella te quiere y todo eso pero de perfecto no tienes nada, eres como demasiado... solo demasiado.

Conrad acaricia mi cabello otra vez. —Lo que digas chica pesada.

Jessica bufa. —Ni has visto la película, que por cierto, esa película es de culto —ella ahora me mira—, entonces, como te decía, ¿A quién se le ocurre meter a todas esas chicas de Disney Channel para una película que se supone tenía que ser icónica?

Mientras que la conversación continua, Greg entra al salón de clases y saluda a Conrad con un movimiento de cabeza, se dirige hacia la parte trasera del salón pero se detiene donde Luis está sentado.

Sí, Luis el pelirrojo que defendí de Conrad hace unos meses. El comienzo de toda esta locura.

—Entonces, ¿Planeas quitarte de mi asiento? —Le pregunta a Luis dejando caer la mochila sobre su escritorio.

Un par de personas voltean a ver la escena con un poco de temor en el rostro y con indignación pero no con la suficiente como para pararse y detener lo que está pasando.

Los entiendo, me costó mucho salirme de mi zona de confort y detener a Conrad aquel día. Sé que la mayoría busca evitar ser el blanco de burlas así que prefieren quedar al margen y preguntar, ¿Por qué nadie hace nada? Sin darse cuenta que ellos son "alguien" y que ellos podrían hacer algo pero no quieren involucrarse.

Jessica aprieta los labios y lo desaprueba con la mirada, yo suspiro porque a pesar que Conrad ha cambiado, la mayoría de sus amigos siguen siendo unos tontos.

UN CASO PERDIDOWhere stories live. Discover now