4- Cada vez más extraño

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Amaris:

Mantas, almohadas, toallas, hasta jabones y productos de baño, son algunas de las cosas que traía la bolsa.

—¿De verdad tenían tanto? En serio, son muchas cosas. Tal vez sus padres tengan buenos trabajos. ¿Qué opinas, Adoris?

Mi pequeño amigo parecía no escucharme, estaba bastante entretenido con una pequeña bola de estambre que parece haber encontrado. Yo, por mi parte, sigo rebuscando en la bolsa. Luciana dijo que tal vez tenga cosas que no me sirvan, pero, llegué literalmente sin nada, y la verdad es que todo me sirve.

El reloj suena marcando las doce del mediodía. Comienzo a tener un poco de hambre, y busco en la alacena algo para comer. Encontré dos paquetes sándwiches de miga, y me pongo a pensar en que creo que antes de perder la memoria pensaba hacer un viaje largo, pero no podré vivir de esto por mucho tiempo. Tomo un paquete con tres sandwiches y tomo asiento. Adoris sube a la mesa, y parece que también tiene hambre.

—Eres muy pequeño, pero tu apetito es algo grande. Toma.

Corto la mitad de un sándwich y se lo doy. Se supone que es un animal salvaje, pero su actitud demuestra lo contrario. Actúa como un gato o... espera.

—¡Adoris! ¡Eres una zarigüeya! No puedo creer que hasta ahora me doy cuenta.

Adoris me mira con curiosidad, claramente no entiende lo que digo, así que sigue comiendo.

—Eres una zarigüeya bebé. Ay, cuando crezcas serás grande.

Creo que ahora entiendo el porqué se apegó a mí. Tal vez no esté conmigo cuando sea un adulto.

Después de almorzar me quedo un rato pensando, y decido ir al pueblo a ver si puedo conseguir algo. Busco mi bolso, y también me coloco el collar... No quiero perderlo. Cuando estoy a punto de salir, Adoris salta y logra meterse dentro de él.

—Ey, ¿en serio?

Él me mira, y luego se va al fondo del bolso.

—Ahh... Ok.

De camino al pueblo veo el cielo despejado, y pájaros volando. Veo a Adoris asomarse para ver el paisaje, parece que lo disfruta.
Al llegar veo muchos puestos abiertos, de ropa, comida, frutas, etc. Si tuviera algo de dinero compraría. Me llama la atención un puesto lleno de gente, y cuando me acerco veo que estaba vendiendo entradas, pero no sé de qué.

—¡Mira! —dice una joven—. ¡Están vendiendo las entradas para el torneo de arquería!
—¿De verdad? ¡Increíble! —dice otra—. Escuché que el hijo del líder participaría por primera vez.
—¿Él? ¿Contra los profesionales? Debes estar bromeando.
—¡No lo subestimes! Dicen que es muy bueno.
—De todas formas, creo que es mucho ponerlo a competir contra profesionales.
—Mmm... tal vez.

¿Torneo de arquería? Vaya, no me lo hubiera imaginado. Parece que a la gente del pueblo le interesa mucho.
Me dispongo a irme del lugar, y siento que el bolso pesa menos de lo normal. Lo reviso, y veo que Adoris no está.

—Ay no, ¡Adoris!

¡No pudo haber ido tan lejos! Empiezo a buscarlo, pero no logro verlo. ¿En qué momento se habrá ido? Ni siquiera lo sentí.

De la nada, comienzo a sentirme rara... La cabeza empezó a dolerme, a darme pequeñas puntadas. El cristal... ¡Comenzó a brillar! ¿¡Cómo es posible!? Veo una luz extraña en mi mano, que comienza a hacerse cada vez más grande...

 ¡Comenzó a brillar! ¿¡Cómo es posible!? Veo una luz extraña en mi mano, que comienza a hacerse cada vez más grande

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El Resplandor de la MagiaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon