failure | connor [dbh]

xiv

Negué con la cabeza. Carajo, ¿qué estoy pensando?

—¿Estará bien? —Connor pregunta rompiendo el silencio entre ambos.

Al instante alzo la mirada. Lo primero que reconozco a la distancia es al teniente a unos metros de nosotros, paseando entre la nieve con el teléfono en su oreja. Su expresión es extraña, con una mezcla de preocupación y sorpresa. 

Suspiro.

—Solo hay una forma de averiguarlo —comento al instante. Aun observándolo a la lejanía para volver a dirigirle la mirada— Vamos a fuera.

Siguiendo mis movimientos, baja del auto junto a mi mientras nos dirigimos a paso lento hasta el teniente. Ha terminado su llamada, poniendo sus manos en sus bolsillos mientras observa como la nieve cae frente de él. Además de la vista de la ciudad a la distancia. 

—¿Está todo bien, teniente? 

Connor es el que se impulsa a hablar primero. Y en parte se lo agradezco. Hank voltea en nuestra dirección al sentir nuestra presencia a sus espaldas. Suspirando al instante. 

—Chris estaba patrullando anoche. Lo atacaron varios divergentes... —se pausa a si mismo por unos momentos. Demostrándose dudoso— Dijo que lo salvó Markus en persona.

Busco la mirada de Connor a mi costado casi al instante, el cual ya estaba observándome en completo silencio. Tal vez igual de sorprendido si es que lograba sentirlo como lo estaba yo en ese momento. 

¿Markus lo salvó?

—¿Chris está bien? —me impulso a preguntar.

—Sí. Está muy consternado... pero vivo —se adelanta a decir. Hace una pausa, volviendo a dirigir su mirada frente a él. Suspirando para él mismo— Que diablos...

No dice otra palabra. Simplemente se limita a avanzar hasta lo que parece ser la entrada al inmenso hogar de Kamski. Inconscientemente volvemos a intercambiar miradas por una fracción de segundo. Para finalmente seguirle el paso entre la nieve sin decir pero alguno. Cada vez la situación es más extraña.

—Tengo un mal presentimiento, teniente. No debimos haber venido.

Las repentinas palabras de Connor me hacen fruncir el ceño al escucharlo con detenimiento. ¿Acaso un androide puede tener un mal presentimiento?

—Mal presentimiento, ¿eh? —ironiza— Deberían revistarte el programa. Podría ser una falla. 

Intento con todas mis fuerzas ocultar mi risa por sus dichos mientras avanzo al mismo ritmo que el par frente a mí. Aunque fuese difícil, lo logro con éxito. Haciéndome sonreír para mí misma.

Al voltear mi mirada a mi costado, detengo ligeramente el paso al ver las vistas que tengo frente a mí. La nieve congela todo a su paso, notando como Detroit se ve realmente pequeño a la distancia que estamos. Sin mencionar a la altura. 

Que privilegio es vivir alejado de todo el jodido mundo.

—¿Piensas venir o qué? —la voz del teniente me saca de mis pensamientos. 

No le arrebato sus palabras. Simplemente apresuro el paso hasta ellos sin rechistar. Llegando finalmente hasta la entrada del lugar.

Al cerciorarse que ambos estamos detrás de él, llama a la puerta. No obtenemos respuesta inmediata, haciendo que nos observemos en silencio entre los tres. Antes de que pudiese tocar de nuevo, la puerta frente a nosotros se abre. Casi al instante aparece una androide de cabello rubio y grandes ojos azules, los cuales me impactan por una fracción de segundo por lo claros que son. Pareciéndose prácticamente al color del hielo.