—Tienes comida para todo el día. No me tardaré, ¿sí? —me acerqué hasta su dirección. Besando brevemente su cabeza— Cuida de nuestra mansión.

Recibiendo un maullido como respuesta, me encaminé hasta la entrada de mi hogar para finalmente salir. El frío impactó mi rostro apenas puse un pie en el exterior, haciéndome apurar el paso hasta el auto del teniente antes de congelarme. El cual esperaba de brazos cruzados fuera de él.

—¿Podías tardarte más? —ironizó.

—Ni siquiera son las diez en punto —le mostré mi reloj. Ganándome un bufido por su parte— Estoy a tiempo. 

Me observo de pies a cabeza con la misma expresión de irritación plasmada en su rostro.

—Sube al auto, ¿quieres?

Riendo brevemente a lo cascarrabias que era, hice caso a sus palabras. Subiéndome en la parte trasera de los asientos sin irritarlo más de lo que estaba. Donde, como era de esperarse, mi mirada se encontró con la de Connor en el retrovisor apenas entrar, al estar como copiloto delante de mí. Por un momento mi respiración se contrajo, pero intenté disimularlo lo mejor que pude. Rogando a mis mejillas no sonrojarse en ese momento. No ahora.

—Buenos días, Juliette —me saludó.

Al alzar nuevamente mi mirada, estaba observándome tal como hacía hace unos instantes atrás. Sin reparo alguno, como acostumbraba a hacer. Las palabras no salieron de mi boca, a lo que le sonreí brevemente como saludo. Apartando rápidamente la mirada.

La presencia del teniente en el auto me salvó de decir algo más o de que Connor pudiese decir otra palabra. Arrancando al instante en dirección a nuestro destino. 

El viaje fue más extenso a lo que estábamos acostumbrados. La casa del famoso Kamski quedaba a las afueras de la ciudad, y el clima no era de mucha ayuda para nuestra maravillosa aventura. Tampoco era el mejor tiempo para viajar en carretera en ese momento. Haciéndonos avanzar con más precaución que de costumbre. 

—Te ves cansada, Juliette. Deberías dormir un poco.

Las palabras del teniente me sacaron rápidamente de mis pensamientos. Despejando la mirada del camino nevado para dirigir la mirada al retrovisor. Notando la mirada del par sobre mí.

Dios, a veces me siento como un interrogatorio. 

—No puedo dormir —sincero. 

Hank fue el primero en romper el contacto visual tras mi respuesta. Suspirando para él mismo mientras aun sentía la mirada de Connor sobre mí. Cosa que evito al instante, dirigiendo nuevamente mi mirada a mi costado. 

—Tampoco yo —también sincera. Con una de sus manos en el volante, mientras con la otra apoya su cabeza— Este caso me tiene jodidamente ansioso.

Nadie responde a sus palabras. Aunque nadie lo haya hecho, todos teníamos claridad de sus palabras. 

Los días comenzaban a pasar y aun no teníamos respuestas claras respecto a los divergentes. Ni tampoco algún tipo de información que fuese realmente de ayuda. Con solo ver como Connor se acomodaba en su asiento tras sus dichos, pude confirmar que eso lo inquietaba.

Con la nula información que poseíamos, estaba lejos de cumplir con su misión. 

Pasados un par de minutos de viaje, el teniente finalmente se detuvo. A la lejanía podía reconocerse una gran construcción. Bastante moderna para mi gusto. Las vistas que tenía de la ciudad a esa altura eran jodidamente envidiables. Cosa, que me hizo suponer que habíamos llegado a nuestro destino.

La casa de Kamski. 

Ninguno se impulsó a decir nada al respecto. Tal vez con cierto temor en lo que pudiese ocurrir al entrar en ese lugar. Sabiendo que esta probablemente fuera nuestra última oportunidad de obtener una pista contundente para resolver el caso. Pensamiento que hacía mantenernos tensos. Al menos por mi parte, aunque en el aire podía percibirse cierta tensión junto al silencio que nos envolvía. 

failure | connor [dbh]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang