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Muchas personas niegan la existencia de la magia, y otras creen en ella, a pesar de que nunca la han experimentado. Estamos acostumbrados a vivir nuestras vidas de forma normal, sin algo realmente extraño y fuera de nuestro conocimiento. ¿Pero quién sabe? Tal vez algún día tu vida dé un giro completo, que haga que cuestiones la realidad en la que vives.


Mis ojos se abren lentamente. Me duele un poco la cabeza y siento mi cuerpo pesado, hasta que una suave brisa recorre mi rostro. Toco mi cabeza por sentirme algo mareada, y trato de enfocar mi vista.

—Au... Mi cabeza...

Empiezo a ver mejor, y me doy cuenta de que estoy en un bosque. Las hojas de los árboles impiden la entrada de la luz del sol, y escucho el canto de las aves y el sonido de las hojas al moverse por la brisa. Noto que tengo un bolso de hombro, y al abrirlo veo que tiene comida, pero no logro recordar nada.

—¿Qué fue lo que... pasó?

La cabeza aún me da vueltas, por lo que me cuesta un poco levantarme, pero decido caminar sin rumbo.

Por más que intente recordar lo que pasó, no puedo lograrlo. No tengo ni un solo recuerdo de lo que pudo haber ocurrido para que terminara aquí. Ni siquiera... puedo recordar cómo me llamo... Estoy empezando a creer que esto es grave.

(...)

Llevo más de veinticinco minutos caminando sin saber qué hacer, y veo un pequeño arroyo a lo lejos, por lo que decido ir a ver. Estaba agotada por caminar, y la cabeza aún seguía molestándose, por lo que decido tomar un poco de agua, y no puedo evitar ver mi reflejo, cabello castaño y ojos azules es lo que veo, también un colgante de cristal que tengo en el cuello, me sorprende que ni siquiera eso logre recordar. Me levanto para seguir mi camino, aunque no estoy segura de a dónde ir.

El sol está por ponerse, y en este punto ya no sé que hacer. Estaba a punto de rendirme, pero vi a lo lejos lo que creo que es una persona. Decido ir a ver, pero parece que no está muy bien. Aquella persona está de rodillas, con la cabeza baja, parecía que estaba lamentándose por algo... Me da algo de vergüenza acercarme, pero tal vez pueda ayudarme. Respiro hondo y me acerco a pasos lentos, pero parece que aún no se da cuenta de mi presencia.

—Disculpa —le hablo—, estoy algo perdida, y me preguntaba sí...
—No molestes —dice el joven de forma seria, sin levantar la mirada.
—¿Perdón? —confundida—. De verdad lamento molestar, pero en serio necesito ayuda. Eres la única persona que... he visto hasta ahora.
—...

Segundos después él levanta la mirada, y logro ver su rostro. Sus ojos... los tiene rojos como el rubí, y su expresión seria, que a los segundos de verme se transforma en sorpresa.

—Tú... —sorprendido—... No eres de aquí, ¿verdad?
—Eh... —dudando en qué responder exactamente. Tampoco tengo tantas opciones—. No.

El chico parece procesar lo que dije, y vuelve a bajar un poco su mirada. Se veía algo confundido a mi parecer. Llego a ver que en sus muñecas tiene heridas que parecen ser de quemaduras. ¿Tendrá algo que ver con el estado en el que lo vi?

—... No tengo tiempo para esto. —Se levanta, al parecer dispuesto a irse.
—¡Espera! —sin querer agarro su brazo.
—¿¡Qué quieres!?

Su tono se oía algo enojado, lo que por un momento me asusta y hace que me ponga algo nerviosa.

—L-lo lamento... Es que necesito saber si hay algún lugar cerca de aquí donde... pueda ir.
—... —Se da la vuelta, dándome la espalda.

¿Acaso no piensa decirme nada? Sé que mi presencia pudo haberlo molestado, y después de ver el estado en el que estaba puedo entenderlo, pero me gustaría que me diera una respuesta, al menos que me diga que no sabe. Esta situación está incomodándome un poco.

—Sigue a tu derecha, y llegarás a un pueblo. No está lejos —dice.
—... Gracias.

De verdad creí que no me diría nada. No respondió a mi agradecimiento, pero por lo menos ya sé a donde ir y puedo dejarlo tranquilo. Doy unos pasos y por un momento me doy la vuelta para verlo, y veo que estaba yéndose también. Por un momento recuerdo las heridas que vi en sus muñecas. Me pregunto si estará bien, aunque creo que es obvio que no lo está.

Me voy alejando siguiendo el camino que me indicó, y espero poder llegar a algún lado. No pasa mucho tiempo hasta que llego a un pueblo. El sol ya se ocultó, por lo que la luz de los faroles iluminan las calles. Mientras camino observo las casas y algún que otro animal que pasa. Todo está muy tranquilo, pero aún sigo sin saber qué hacer. Me siento en una banca para pensar. ¿Qué pasó? ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Quién... soy? Todos estos pensamientos invaden mi cabeza.
Escucho un ruido agudo no muy lejos. Parece ser de un animal, me levanto para ver, y veo a un pequeño animal desesperado, y me percato de que la mitad de su cuerpo está bajo una roca. Viendo el tamaño del animal, esa roca debe estar doliéndole. Me apresuro para sacar la roca de encima y tomo al pequeño animal. Por un momento creí que se había muerto, pero de a poco empezó a moverse. Se nota que debe sentir dolor.

—Ay, pobrecito... —Acaricio al animal adolorido.

¿Cuánto tiempo habrá estado ahí? ¿Dónde está su mamá? Se habrá quedado atrás y no pudo seguirla. Es muy pequeño, parece bebé. No sé si sobreviva sólo en el bosque.

—Te pondrás bien. Te llevaré conmigo. No creo que sea seguro dejarte sólo.

Ahora necesito buscar un lugar para dormir. No tengo muchas opciones.

De un momento a otro empecé a ponerme de los nervios al sentir que me observan. Veo para todos lados, pero no hay nadie. Intento seguir mi camino, pero no logro tranquilizarme, y del susto empiezo a correr sin destino alguno.

Después de unos minutos me detengo. Estoy cansada. Me doy por vendida y me echo en el césped, observando el cielo estrellado. La sensación de paranoia se fue, y empiezo a creer que tal vez solo fue mi imaginación. Veo al pequeño animal herido que encontré, que me mira con esos ojos pequeños y tiernos.

—Lo siento, ¿te molestó el movimiento de hace rato? —le digo mientras lo acaricio.

Parece tranquilo, hasta se hace una bolita y se duerme encima de mi mano. Lo dejo a un lado mío y me acomodo para tratar de descansar, y no tardo mucho en sentir sueño. Soy consciente de que no estoy en un lugar seguro, pero tampoco tengo opciones de donde puedo dormír. Espero que mañana pueda aclarar mi mente.

El Resplandor de la MagiaWhere stories live. Discover now