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BROOKE

Hay un movimiento brusco a mi lado.

Mi mejilla estaba cómodamente presionada sobre una superficie dura y por mas asombroso que parezca, suave al mismo tiempo mientras un calor cálido me envolvía.

De pronto, aquella sensación reconfortante se alejó.

Abro mis ojos y lo único que puedo observar a mi alrededor es oscuridad.

El movimiento vuelve y me incorporo sobre la cama. La sabana a mi alrededor cae y bajo mi cabeza para encontrarme con mi parte superior desnuda.

Una respiración pesada llega desde mi lado y me giro.

Con mi mano tanteo la mesa de noche que sé, está a mi lado y encuentro la lampara que se encuentra ahí. La enciendo y la habitación se ve iluminada solo alrededor de la cama en la que me encuentro.

Mis ojos vuelven a Alexander.

Su cuerpo está completamente cubierto de sudor, sus cejas se fruncen y mueve su cabeza de un lado a otro en negación con sus ojos fuertemente apretados. Su pecho sube y baja con cada respiración agitada que lo abandona.

Mi mano va a su hombro y lo toco tratando de despertarlo de la pesadilla que lo tiene de esta manera.

—Alex...–murmuro con voz temblorosa.

Por favor –su voz sale rasposa y envuelta en una súplica. –No lo hagas.

—Alex, despierta –no lo hace. Está inmerso completamente en el sueño que lo atormenta.

Ver al hombre que siempre se ha mostrado fuerte frente a mí actuar de esta manera mientras se encuentra indefenso, hace que una sensación agridulce y desagradable se instale en mi estómago.

Así mismo, hay un sentimiento de protección comenzar a florecer en mi interior.

Girándome de costado atraigo su cuerpo con fuerza a mi lado. Es pesado, pero logro hacerlo.

Él está temblando.

Se acerca a mí y deja caer su cabeza sobre mi pecho mientras me envuelve con fuerza en sus brazos. Los míos lo envuelven también y comienzo a acariciar sus hombros.

Suelta un suspiro y sus tensos músculos se comienzan a relajar.

Acaricio su cabello y su frente estrecha para aligerar su rostro dormido, el cual  aún se ve alterado y contraído debido al sueño en el que estaba atrapado.

Su parche ha desaparecido en algún lado y ahora tengo la oportunidad de ver su cara por completo sin que ese lado esté cubierto.

—Shhh, estoy aquí –susurro. Lo mas seguro es que no me escuche, pero el deseo de calmar cualquier cosa que esté en su mente gobierna cualquiera de mis pensamientos.

Su respiración se calma y su rostro se vuelve sereno.

Lo observo dormir.

¿Qué era lo que soñabas para que te ponga en este estado?

Con mis dedos deslizándose entre los mechones de su cabello, mis ojos comienzan a cerrarse.

Me muevo un poco para acomodarme mejor, pero suelta un gruñido y me apega más a su cuerpo. Sonrío.

No sabía que alguien pudiera gruñir como un oso.

Estoy segura que aún estamos en el mismo día del de esta mañana, solo que la noche ha caído.

Mañana que vuelva a despertar será un nuevo día y los malos sueños o recuerdos habrán desaparecido.

Al menos por un momento.

SWEET CAMELIA ©Where stories live. Discover now