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BROOKE

Mi mente se queda en blanco y el tiempo parece detenerse a mi alrededor cuando siento los labios calientes de Alexander golpear los míos con fuerza. Sucede tan rápido que el movimiento me marea.

No, no el movimiento. El contacto.

Mi primer impulso es alejarlo. Supongo que es algo normal cuando te toman por sorpresa de esta manera. Pero cuando mis manos se posan en su pecho para empujarlo, sucede todo lo contrario. Se quedan estáticas en ese lugar.

La mano con la que sujeta la coleta de mi cabello se ajusta un poco más haciendo que mi cabeza se incline hacia atrás, dándole un mejor acceso para tomar mi boca.

Su mano libre va a mi mandíbula, tomándola también a su antojo. Sus dedos ajustándose en mis mejillas y marcándose en mi piel.

Un gemido sale de mis labios y cuando él ve una oportunidad en ese movimiento, en ese sonido, su lengua ingresa por completo haciendo contacto con la mía e invadiendo todo su paso. Su sabor me recorre, su respiración se entrelaza con la mía y lo pierdo.

Pierdo cualquier capacidad de pensar, cualquier capacidad de razonar o de hacer lo que se supone debería ser correcto.

Mi cuerpo se funde con el suyo y abro mi boca para él, haciendo que un fuerte sonido salga de lo más profundo de su pecho.

Acepto todo lo que él me está dando en este momento.

Por sorprendente que sea, el beso es suave. Pero hay un rastro lleno de dominación detrás de el.

Él toma sin pedir permiso, recorre cada rincón de mi boca como si quisiera memorizar mi sabor con la suya y yo hago lo mismo. Ha medida que el tiempo pasa, todo se vuelve más demandante, más territorial, más desesperado.

Mis manos van a la parte trasera de su cabeza y comienzo a acariciar su cabello.

Mi boca comienza a seguir el ritmo de la suya. O al menos intento hacerlo.

Nuestras lenguas se encuentran la una con la otra como si estuvieran en algún tipo de batalla, nuestros dientes chocan de vez en cuando y nuestros labios se magullan debido a qué, lo que comenzó suave, ha subido de grado e intensidad.

Nunca nada se había sentido tan bien.

Su erección pincha en mi estómago, se siente grande, pesada y gruesa, haciendo mi cuerpo estremecerse de pies a cabeza. Es como si un tanque de combustible hubiera sido rociado en mi cuerpo y luego este fuera prendido con fuego.

Cuando la falta de oxígeno comienzo a hacerse presente, Alexander se aleja, sus dientes mordiendo mi labio inferior mientras lo hace y luego chupándolo para finalmente soltarlo.

Abro mis ojos y cuando me encuentro con su mirada, el calor que ahora está fluyendo a través de mi cuerpo, se intensifica con una fuerza casi abrasadora.

Sus manos, las cuales aún me mantienen sujeta, bajan a mi cintura para atraerme más a su cuerpo.

Mis manos volviendo a bajar a su pecho.

Mis labios se sienten hinchados y cuando mis ojos van a los suyos, puedo ver esa en hinchazón en los de él, pero también están rojos y húmedos. Su cabello antes bien peinado ahora ya no lo está.

Vuelvo mi mirada a la suya.

Está tan cerca, que nuestras respiraciones se mezclan casi volviéndose una. Pero por algún motivo, no me parece suficiente.

—Mmh. Definitivamente fue mucho mejor que en mis pensamientos. Ni siquiera se acercan un poco a la realidad.

Su voz se oye ronca.

SWEET CAMELIA ©Where stories live. Discover now