Segunda parte de: Friends Until Death (Book 1) [Laughing Jack]
Mɪ́ᴀ ʜᴀsᴛᴀ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ.
No tienes lugar para esconderte...
Me siento como un villano, tengo hambre por dentro...
Una mirada a mis ojos y tú corres porque estoy yendo a comerte viva...
...
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Scarlett Jhonson
Pasó una semana completa desde que ví a Jack en esa casa. La policía no logró encontrar al asesino de mis vecinas, ni prueba alguna y cerraron el caso.
Mi miedo aún sigue a pesar de que no hay señales de Laughing Jack. Aún me mantengo alerta.
Pero dónde quiera que esté siento una incómoda tensión, siento una fuerte mirada sobre mí, esa sensación no desaparece y es persistente. Ésto disminuye cuando estoy acompañada, pero cuando me quedo sola vuelvo a sentirme vigilada. Esa extraña sensación me impide dormir tranquila. Tengo la clara sospecha de que es Jack quién me hace sentir de esa manera.
Los días pasaron volando, pasó el cumpleaños de Laila, su día fue entre semana y mis compañeras de trabajo me regalaron ropita, un par de juguetes para ella y yo le compré un pastel.
No he visto a Irving desde la última vez que fuímos a la feria.
Anteayer me encontré un pequeño gatito de color negro en un basurero, estaba maullando y se veía muy demacrado y flaquito. Así que decidí acogerlo, darle amor y un hogar.
Lo llamé Sombra por su color.
Es un gato muy juguetón, tragón e hiperactivo. Adoro a los gatos.
No entiendo cómo hay gente tan malvada que odian y abandonan a los animales a su suerte.
—M-Mamá... Gatito...—La voz de Laila me sacó de mis pensamientos.
Por fín dijo sus primeras palabras. Estoy sorprendida.
Reí y aplaudí feliz.
—¿Mamá? ¿Dijiste mamá?—Pregunté sin poder creerlo. Su voz es tan tierna y suave.—¡Mi amor! ¡Ya dijiste tus primeras palabras!—La abracé y repartí tiernos besos en su carita.
—Ma-Mamá... P-Papá...—Me quedé muda cuando dijo lo último.—P-Papá—.
«Ésto ya no me gustó».
—No, mi amor—, Le hablé cariñosamente para sonar dura.—Mamá, sólo mamá. Papá no existe.—Laila siguiendo repitiendo esa desagradable palabra.
Ese infeliz desgraciado no merece que Laila lo llame papá. Ese maldito monstruo nos abandonó y ahora regresa reclamándome sin culpa.
Y lo que más me preocupa es que no he visto a Irving, no he sabido nada de él. Ni siquiera me ha llamado, ni un mensaje siquiera. Me preocupa.
Debe estar triste porque no quiero nada con él más que una amistad. Es mejor que nos hayamos distanciado para tomarnos un tiempo y reflexionar, ¿No?
