Segunda parte de: Friends Until Death (Book 1) [Laughing Jack]
Mɪ́ᴀ ʜᴀsᴛᴀ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ.
No tienes lugar para esconderte...
Me siento como un villano, tengo hambre por dentro...
Una mirada a mis ojos y tú corres porque estoy yendo a comerte viva...
...
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Scarlett Jhonson
En cuánto entramos a la habitación, Jack me arrojó sin delicadeza a la cama.
Retrocedí en la cama mirando cómo Jack se deshace con rapidez de toda su ropa. Pude notar su gran erección, a lo que yo abracé atemorizada mis piernas.
«Mierda, me va a doler».
—¡Jack, te lo suplico! ¡Todo menos ésto! ¡No te daré un maldito hijo!—Escupí horrorizada y asqueada.
De un sólo salto, Jack se subió a la cama gateando hasta a mí con una sonrisa tan perversa como él mismo.
—¡No, no, no! ¡No te me acerques!—Retrocedí más y él se subió arriba de mí aprisionando mis manos contra la cama.
—¿¡No eras tú la quería formar una familia conmigo!? ¡Tú una vez dijiste que me amabas! ¿¡Ya lo olvidaste!?—Gritó con enojo mientras reforzaba más su agarre en mis manos.
—¿¡Qué!? ¡Yo no te prometí nada!—Me removí violentamente debajo de él.—¡Ya suéltame! ¡Y no pienso tener hijos contigo! ¡Me das asco, ésto es repugnante!—
—¡Eres mía! ¡Yo puedo hacer lo que yo quiera contigo! ¡Me vas a dar a mi hijo, quieras o no!—Gritó muy cerca de mi rostro.
—¡JÓDETE, MALDITO PSICÓPATA!—Gruñí dándole un buen rodillazo en su entrepierna.
Sé que Jack es inhumano, pero no deja de ser hombre.
Jack me soltó para tocarse esa parte dónde lo pateé. Con todas mis fuerzas me lo quité de encima y lo tiré de la cama.
—¡NUNCA VUELVAS A TOCARME! ¡TE ODIO, BASTARDO!—Me levanté de la cama y corrí a la puerta para escapar de aquí.
«¡No puedo abrirla, está atascada!»
—JAJAJAJAJA ¡Que estúpida e ingenua eres! ¡No puedes escapar de mí! ¡Ríndete y acéptame de una buena vez!—Reveló con una sádica sonrisa.
—¡NUNCA!—Escupí con odio y me apegué a la puerta mirándolo atemorizada.
La sonrisa de Jack se desvaneció lentamente y su mirada se volvió oscura y fría.
—Si así quieres que sean las cosas—, Declaró con voz ronca.—Atente a las consecuencias—.
—¡¡¡AAAHHH!!!—Grité atemorizada cuando avanzó con velocidad hasta mí.
Desgarró toda mi ropa, incluyendo la interior, se dedicó a morderme hasta hacerme sangrar, dejando marcas dolorosas en mis hombros, brazos y cuello. Acto seguido, me tiró sobre la cama acolchonada, subiéndose arriba de mí y lamiendo mis pechos con su larga y áspera lengua, de vez en cuando dejaba mordidas y marcas en mi cuello.
—¡Que no me muerdas! ¡Duele!—Grité ante tal rudeza.
—Sé que ese es tu punto débil, mi caramelo.—Rió y separó mis piernas para abrirse paso en medio de ellas.
