Capitulo 38

3.3K 261 145
                                    

IAN

Acomodo a Amira en la cama del jet, Dalia y Guillermo están hablando mientras comen pollo rostizado con salsa barbecue, mi esposa se cambió de ropa al igual que yo, ahora está con un pantalón de cuero holgado,un top y  con pantuflas.

Miro el anillo, no es un anillo como el de los matrimonios, es algo que nos representa, todo tiene un significado que solo unas cuantas personas saben, ordeno que me traigan un whisky con algo para picar.Iba a pedir un cigarro pero no lo hago porque mi hija odia el olor que sale del cigarrillo, me siento al lado de mi esposa y solo me dedico a prestarle atención hasta que interrumpe la azafata , le agradezco y me sirvo un poco de whisky, le ofrezco a la hermosa mujer que tengo a lado pero niega, Guillermo la mira y me pide que le sirva un poco.

—Tienes manos, lo puedes hacer tú solo — él niega divertido y se empieza a servir, la azafata viene otra vez, pero dejando un paquete de galletas con leche condensada y peras  , Dalia le da las gracias, emocionada le empieza a echar leche condensada a las galletas, bebo la bebida alcohólica.

Guillermo solo se dedica a mirarme mientras frunce el ceño .

—Cariño, pero  a ti no te gustan las peras ? — ella me mira y me da una sonrisa.

Guillermo se acomoda en el asiento mientras bebe de un tirón.

—Lo sé, pero quería comerlos — asiento y ella me ofrece una galleta con leche condensada, me lo da en la boca mientras que mi mejor amigo trata de disimular su sonrisa.

—Cuanto tiempo vamos a estar en Suiza? — Guillermo se retira para ir baño.

—El tiempo lo decidirá .

Ella asiente y se dispone a comer, hasta que me mira y suelta una sonrisa divertida.

—Y qué privilegios tengo ahora por ser la Señora Wrigth? — que bien le queda mi apellido .

—Pues que te queda de maravilla, ahora eres esposa del gran magnate Ian Adel Wrigth Harper, suena sexy para mí— me un golpecito.

—Esto es maltrato para los seres hermosos — me tocó la parte del corazón  mientras me limpio un lágrima falsa, mi esposa suelta a reír.

—No seas dramático — disfruta comer los pedazos de pera , parece una niña chiquita,me acomodo bien en el asiento y justo viene Guillermo con cara de gato mojado y aún así no deja de ser hermoso él maldito.

Ellos empiezan hablar sobre cosas de una serie, yo solo pienso en mi esposa que no vivió una infancia como debió ser, le quitaron la inocencia a temprana edad y su ex se aprovecho de eso, ella solo quería explorar y conocer el mundo,
ahora se está encargando de nuestra hija no sufra lo mismo que ella.

Me sirvo otro trago, cojo un libro de la mesita y me dispongo a continuar con mi lectura.

***

Si que estuvo bueno el libro, no trato de moverme mucho, Dalia se encuentra recostada en mi hombro, su respiración es leve y calmada, Guillermo vuelve mientras carga a Amira, la nombrada solo se dedica a mirar a su alrededor con molestia, parece que alguien quiere mandar todo a la mierda cuando se levanta .

Está despeinada, me mira con molestia, la azafata trae la comida de Amira, ella apenas ve eso, todo su molestia y odio se esfuma.

—Carboncito, me vas a comprar mucha ropa? — me dice mientras bebe un poco de agua.

—De todos modos lo tengo que hacer, no quiero que mi hija ande parece vagabunda.

Ella me mira con una sonrisa irónica, Guillermo solo bebe la bebida alcohólica, él por más que tomé no se emborracha.

Cien motivos para Amarte. (LIBRO 1, RESUBIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora