9. La excusa perfecta

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~Chai, que es de tu vida.

~Muy liao ya sabes. Desde que empezo el rodaje no he parado.

~Joer macho llevas más de dos meses desaparecido. Vente hoy a tomar algo. Saldremos de fiestuqui 😎.

~Mañana entro a las nueve.

~En sabado??

~Ni que fuera algo nuevo.

~Y pa que tan temprano?? Vais a grabar el amanecer o que??

~No des ideas... 😭

~Desde que eres actor eres mas difícil de ver que un fantasma.

~Que quieres que le haga? Entre el rodaje, entrevistas, sesiones de fotos... voy a salir loco.

~Bueno, pero una pasta ganas eh, y encima no invitas a na jodio.

~A ti no te invito ni a agua 😜

~jajajajaja que cabron. Va, no me seas pasmao y vente un rato. Nuer se viene.

~¿En serio? Si no le vemos el pelo desde que se echo novia.

~Ya, tio. Esta que no vive por esa chavala. Yo creo que no pegan nada.

~😂😂

~Pero vente un rato macho. No te rajes. Al final voy a borrarte de la lista de amigos...


Unas voces acercándose hacen que deje el móvil. Llevo un rato distraído con el dispositivo en la zona de descanso.

El rodaje comenzó hace un par de meses pero la primera parte de la serie se centra en la pareja principal y el antagonista, lo que implica que mi personaje solo participa en algunas escenas. Quitando esos momentos, los cambios de vestuario o los retoques en maquillaje, cuento con varios parones a lo largo del día.

La verdad es que agradezco disfrutar de estos respiros. Aunque superé los requisitos y firmé el contrato, el director se quiso asegurar de que estuviera a la altura y raro es el día en que no tengo prácticas individuales antes de los rodajes. Fue una cláusula añadida a última hora que no pude rechazar.

Las voces se intensifican y un grupo de compañeros irrumpe en la sala. Preecha es la primera en entrar.

―¿Otra vez vagueando, descarado? ―dice a modo de saludo. Toma una taza y se aleja hacia la cafetera.

Ella es la única que me llama de esa forma, a modo cariñoso. Lo hace para rememorar nuestro primer encuentro, en el casting, cuando peleamos por el bolso rosa que, después supe, era suyo. Me temo que no conseguí encontrar el de mi madre.

Preecha interpreta a la comisaria jefe y, ciertamente, el papel le sienta como anillo al dedo. Rondará los cuarenta. Es una mujer de rasgos marcados aunque agradables, y cuerpo redondeado. Lleva el pelo suelto y ondulado, cayendo sobre los hombros y por detrás de la espalda.

Siempre viste elegante, con combinaciones llamativas que chocan con un carácter autoritario y sereno, como si colocaras una piruleta decorando la mesa de un juez. Precisamente fue ese contraste el que enamoró al director. Según él, Preecha nació con la química perfecta para el personaje.

Wattata y Kasem son los siguientes en entrar.

―Chai, siempre que vengo estás por aquí ―dice el primero―. ¿Cómo puedes tener tanta suerte?

Kasem ríe al escucharle, me golpea la espalda con cariño a modo de saludo y se sienta a mi lado. Wattata, al igual que hizo Preecha, opta por ir a por un café. Rondará los treinta y dos años, es corpulento, con el pelo negro y corto. Siempre viste traje oscuro ya que interpreta al villano, Atlas.

Luces, cámara y... ¡amor! (LGBT+)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum