8. Prueba de fuego

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Recorro el pasillo apretando los puños. Todavía tengo el corazón a mil y las mejillas encendidas. Un remolino de emociones me acompaña hasta el aseo, donde entro con precipitación. Me miro en el espejo, apoyándome sobre el lavabo. Cierro los ojos y respiro profundo varias veces para calmarme.

Apenas transcurren unos minutos cuando siento la puerta abrirse a mi espalda.

―¡Caray, Chai! ―escucho la voz de Kasem―. Te fuiste muy rápido.

―Vaya, perdona ―cargo la voz con ironía mientras me vuelvo para enfrentarle―. ¿Debería haberme quedado a felicitarte?

Kasem adopta una expresión de desconcierto.

―No, eso era... ―mueve las manos, nervioso, como si buscara las palabras adecuadas―, deja que te explique...

―Tranquilo ―interrumpo con brusquedad―. Me ha quedado muy claro que te estabas burlando de mí. No necesito aclaraciones.

Kasem se queda quieto, mirándome con una mezcla de sorpresa y remordimiento.

―Te aseguro que esa no era la intención.

―Ah, si, cierto. Olvidaba que tan solo querías ganar la apuesta.

―No, yo...

En ese momento la puerta del baño vuelve a abrirse y Luan aparece en el umbral. Es un actor con amplia experiencia y cuenta con uno de los papeles protagonistas de la serie, junto a Sukhon. Aunque, a diferencia de este último, tiene un carácter afable y cercano. El recién llegado mira a uno y a otro antes de hablar.

―Chai, tienes que volver al estudio, la instructora pregunta por ti.

Esquivo a Kasem, sin mirarle, y recorro el camino de vuelta seguido por Luan. Me detengo un segundo frente a la puerta cerrada de la sala de ensayos: no tengo ninguna gana de enfrentarme a las miradas críticas del otro lado. Luan pone la mano sobre mi hombro.

―¿Vamos? ―pregunta, animándome con un movimiento de cabeza.

Reúno coraje y entro. Me quedo perplejo al descubrir a todo el grupo esperándome en semicírculo. Comienzan a aplaudir al verme. Todos ríen, supongo que al ver mi expresión de estar alucinando: debo parecer un sapo bostezando.

―¡Enhorabuena! ―gritan.

Quiero preguntar qué es todo esto, pero no me sale la voz.

La instructora se acerca.

―Chai ―dice―, desapareciste en un parpadeo. Creo que tu compañero fue demasiado intenso durante la novatada.

Levanto una ceja, interrogante.

―Verás ―continúa explicando la nombrada como portavoz―. Es tradición de la compañía gastar esta broma a los actores debutantes durante las primeras prácticas. Digamos que es... ¡una prueba de fuego! Queremos saber cómo reaccionará el nuevo ante una situación inesperada.

―Entonces ―intervengo―, ¿todo era una broma?

Luan coloca el brazo sobre mis hombros, sonriente.

―Digamos que somos algo perversos y que nos encanta apostar ―renovadas carcajadas acompañan su comentario―. Lamentamos si te hicimos sentir incómodo. Te fuiste tan acelerado que no pudimos explicártelo. ¡Deberíamos apodarte 'Flash'!

La instructora se coloca junto a mí y me levanta el brazo como si acabara de ganar un combate de boxeo.

―Confirmamos que Chai deja de ser el novato del grupo ―proclama―. ¡Prueba superada!

Luces, cámara y... ¡amor! (LGBT+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora