XIX - Engaño

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Jisung se había vestido bien. Tenía un particular gusto para su forma de vestir, y estaba satisfecho con lo que había logrado.

— ¿A dónde vas tan guapo? — Osó a molestarle su madre antes de dejarlo salir de casa.

— Saldré con Chan, mamá. — Respondió sin mostrarse alterado por la mirada que su madre le lanzó ante lo dicho.

— Hm, ya veo. Diviértete. — Eso fue suficiente para que Han asintiera y se dispusiera a salir por la puerta.

Sintió sus manos levemente sudorosas a  medida que andaba por la calle, y eso era algo que no se explicaba. Exhaló aire sacudiendo su cabeza, exigiendose a sí mismo un mínimo de autocontrol.

Él y Chan se encontraron afuera del restaurante acordado por ambos. Jisung rio en sus adentros por haber acertado con su presentimiento de que Chan vestiría de negro otra vez. Era increíble el cómo podía combinar prendas para lucir diferente en cada encuentro cuando sus colores no variaban en absoluto. Sin embargo no era un problema verle siempre así. El color negro le quedaba muy bien.

Tuvieron una agradable velada. Las risas no faltaron en la mesa, así como los temas varios de conversación. Para Jisung, todo se sentía en orden, y amaba esa sensación pues era algo que no tendía a experimentar con frecuencia. La manera en la que las cosas fluían se sentía correcta, y con ello bastaba para estar bien.

El único problema era que dentro de esa armonía estaba el inquietante pensamiento en su cabeza asechando en silencio.

"¿Realmente me gusta Chan?" Se preguntaba mientras le veía hablar animadamente. A veces el tiempo parecía detenerse y cuando sus sentidos regresaban ya no sabía qué escuchó durante los últimos segundos, así que se dedicaba a asentir mirando fijamente a los ojos del australiano.

Bang no recordaba la última vez en que se había llenado el estómago con carne. Estaba más que contento, y era por eso que la sonrisa que traía dejaba lucir sus hoyuelos. Salió del restaurante junto a Jisung con una mano sobre su abdomen sobando lentamente. No había mejor sensación que la de estar saciado por buena comida. Le reiteró al menor muchas veces lo agradecido que estaba.

— Podemos ir a mi casa. — Sugirió cuando ambos no sabían a dónde ir después de comer. — No está tan lejos de aquí.

Han se vio un tanto cohibido por la idea de ir a la casa de Chan, sin embargo no se negó. Recibió aquella sugerencia con una respuesta positiva y entonces ya estaba siguiendo los pasos del mayor.

Le observaba caminar por delante por primera vez ya que este siempre tendía a caminar a su lado o por detrás. Tenía una vista privilegiada de su espalda que sólo era opacada por la prenda negra que tenía puesta. Tragó saliva intentado desviar sus ojos hacia otro lado. Nuevamente sus manos estaban sudando.

Llegaron a parar a una edificación bastante modesta. Chan vivía en un apartamento pequeño que contaba con solamente una habitación, un baño y un espacio común que unía la cocina, el comedor y la sala de estar. Era perfecta para una sola persona, y a pesar de que el espacio era poco, el lugar resultaba cómodo.

Ambos se quitaron los zapatos en la entrada y Jisung comprobó por su cuenta que la alfombra de la sala que había capturado su atención no era para nada decepcionante. Era tan suave como se veía.

— Lamento si está algo desordenado. Por favor siéntete cómodo. — Pidió el dueño del hogar a la vez que tiraba sus llaves hacia una encimera y se quitaba la gorra, dejando al descubierto sus ondulados cabellos.

— ¿Qué? ¿Se supone que está desordenado? — Dijo Jisung al evidenciar que el lugar lucía impecable.  — Mi cuarto ha de ser una vergüenza frente a tu apartamento.

Please!! Remember me || Minsung (En edición)Where stories live. Discover now