I - Cheesecake

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Minho se había sentado a observar el calendario. Él nunca marcaba las fechas porque siempre lo sintió innecesario, pero Jisung era del tipo que sí lo hacía y por eso decidió marcar el 19 de abril con un sutil marcador de color azul, porque ese color le recordaba a él. Aquella fecha estaba cerca; sólo cinco días, y a pesar de tener todos esos largos días para planificar al detalle un lindo aniversario junto a Han, él se había adelantado. Mantenía un collar en una caja de terciopelo roja increíblemente bien escondida porque sabía que su novio tenía la confianza suficiente para hurgar en su cuarto.

Había intentado hacer una carta, sin embargo eso jamás fue lo suyo. Odiaba el tener que plasmar cada idea que se le venía a la cabeza en una hoja tan pequeña, porque para él, Jisung merecía algo mucho más que una simple hoja de legibilidad cuestionable. Sentía que tenía mucho que decir, aún si lo cursi no era natural en él. Todo era muy diferente cuando se trataba de Jisung.

Se alistó para su encuentro casual con Han de aquel día. No era nada más que una quedada a un café, porque el menor había insistido por días en querer comer cheesecake. El resto del encuentro podía ser tan espontáneo como siempre. Cuando ambos estaban juntos las cosas se daban por sí solas y eran capaces de disfrutar hasta la actividad más sencilla. A veces sólo iban al parque y se subían a los toboganes. Otras veces Jisung se volvía un entusiasta de los columpios y le exigía a Minho que le empujase cada vez más alto (aunque ya se hubiera accidentado por esta acción). También podía ser tan simple como acostarse sobre el césped a quejarse de los estudios y comer helados del viejo señor heladero que solía trabajar en aquel parque.

La relación que tenían podía describirse como perfecta. Existía una química increíble, podían entenderse con una mirada o un gesto vago, reconciliarse en cuestión de minutos y ser apasionados sin toque alguno de vergüenza. Sus amigos siempre soltaban el comentario cliché de "son tal para cual", sobre todo Felix, que pocas veces tenía planes y se conformaba con ser el soltero del grupo de amigos.

Cuando Minho terminaba de ponerse un suéter, Han comenzó a llamarlo al teléfono, desesperado, porque había olvidado la hora exacta a la que debía salir.

—¿Hannie? —contestó al llamado.

—Cariño —se le escuchó decir con una preocupación que para Minho era bastante exagerada—. ¿A qué hora nos juntaremos? Se me olvidó. Te juro que no quería. Si estás allí esperándome entonces me voy a poner a llorar.

—Ey, tranquilo. Aún no salgo de casa.

—¿No? —soltó un suspiro de alivio—. Me alisté en cinco minutos creyendo que iba a llegar tarde. ¿Tengo tiempo para ver un capítulo de mi serie?

—Depende. Yo salgo de casa en diez.

—Entonces saldré en este preciso momento para que luego no digas que soy impuntual.

—Nunca digo que eres impuntual.

—Tu mirada lo dice todo. Seguro piensas que soy impuntual.

—Tú debes pensarlo por creer que yo lo pienso.

—Te odio.

—Yo también te amo. —sonrió al teléfono—. Te veré allí entonces, señor impuntual.

Jisung hizo ruidos de burla como parte de un pequeño berrinche. Minho sólo se reía de sus actos porque siempre halló tierna esa parte de él. Tenía unas inmensas ganas de pellizcarle una mejilla a su novio, o bien de callar ese berrinche con un beso. Eso último siempre funcionaba.

Optó por despeinarse un poco el cabello para darle el toque final a su look. Lucía  cómodo y casual, tal y como le gustaba. No era fanático de la moda, nunca le agradó gastar de más en caras prendas y accesorios porque tenía tres gatos a los que alimentar con ese dinero. Gustaba más usar suéteres y sudaderas, que por cierto combinaban muy bien con su práctico estilo de vida.

Please!! Remember me || Minsung (En edición)Where stories live. Discover now