XI - Azul

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Eran mediados de Junio.

El verano estaba a la vuelta de la esquina, pero se sentía como la víspera más melancólica de todas. En cualquier otro año habría sido más emocionante.

La noche en que Jisung desapareció, algo cambió. Nadie sabía si llamarlo un cierre o un quiebre, pero si de algo estaban todos seguros, era de que Han ya no era el mismo.

Apareció a la mañana siguiente en su casa, después de haber alterado a medio mundo. No le quiso decir a nadie en dónde había estado. Se dedicó a mantenerlo en secreto sin ninguna razón en particular. Ese mismo día le pidió perdón a Hyunjin y a sus padres por hacer tal locura, y también se reconcilió con Felix.

Se había vuelto más apagado y distante. Casi siempre se le veía solo, y aunque sus amigos intentasen hacerle compañía, eventualmente se alejaba un poco. Necesitaba su espacio todavía.

Sin embargo el pasar más tiempo en soledad le permitió tomarse otras libertades. Comenzó a ejercitar frecuentemente, a trabajar en más música y a asistir a un psicólogo con el tal de ordenar su cabeza. Se lo había prometido a Hyunjin y estaba cumpliendo, y la verdad le había sido de mucha ayuda.

La relación de Minho y Seungmin ya no era un secreto para nadie. No estaban juntos aún como una pareja, pero todos sabían que tampoco estaban en calidad de amigos. Hacían bonita pareja al parecer de los demás, pero por alguna razón nadie opinaba a viva voz, sobre todo si Jisung estaba presente.

Jisung creía que Seung era un excelente partido para el castaño. Entendía por qué este se había fijado en él; era tierno, educado, maduro, inteligente, gracioso y estupendamente guapo. ¿Quién no caería por Kim? Había aceptado que ambos terminarían oficialmente juntos, pero mientras tanto se mantuvo lo suficientemente alejado como para evitarlos y no tener que cruzar palabra con ni uno de los dos.

Por suerte no había visto a Minho desde esa noche. El mayor hizo un buen trabajo en respetar lo que Han le había pedido y se las arregló para jamás volver aparecerse frente a él. No le costaba en absoluto seguir esta norma, porque estaba sentido. No volvió a dudar en lo mucho que se mereció las fuertes palabras de Sung, pero habían cosas guardadas en su pecho que no se atrevía a sacar con nadie, porque debía decírselas a él directamente. 

Una parte de sí estaba confundida también. Hubieron días en los que al despertar recordaba una infinidad de cosas nuevas, y algunas de ellas las asociaba directamente a las fotos de la galería, porque sí, aún no se deshacía de la tarjeta de memoria ya que comenzó a usarla de guía. Mientras más recordaba, más creía conocer a Jisung y más lástima sentía por haberlo perdido. Tuvo la culpa en muchas cosas, pero así mismo también fue una víctima de lo que no podía mantener bajo su control.

Decidió que por fin abriría las cajas que su madre le entregó, y se había estado mentalizando por horas.

Entró con determinación a su cuarto. El aroma de Seungmin seguía allí, junto con una cama desordenada de sábanas revueltas. Tomó la caja que tenía la abertura y se sentó en el suelo dejándola justo en frente.

Bufó para luego mover su cuello bruscamente, haciendo audible un crujido. Con lentitud abrió la tapa usando nada más que su fuerza, porque debido a la abertura se podía remover sin mucho esfuerzo. Una vez hecho se quedó analizando todo lo que podía verse a simple vista. Eran un montón de cosas.

Lo que más captó su atención era un calendario cuyas hojas estaban detenidas en abril. El día 19 estaba destacado en un círculo de color azul y eso le parecía curioso, porque nunca marcaba las fechas, y menos en un calendario físico. Apartó aquel calendario permitiéndose divisar otras cosas; sobres de papel que parecían cartas, una caja pequeña también de color azul, fotos variadas y una pintura. Todo apuntaba a que la caja tenía que ver en su totalidad con Jisung.

Please!! Remember me || Minsung (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora