XVI - Diálogo

2.1K 264 150
                                    

"Iré a verte. Necesito hablarte de algo muy delicado."

Ese fue el mensaje que había recibido Felix en su teléfono hacía algunos minutos por parte de Changbin. En toda la semana no se habían hablado, y ahora que lo vería estaba con los nervios de punta.

No podía dejar de preguntarse qué podía ser tan delicado como para implicar una visita. Ya llevaba encima su pijama y sería ridículo volver a cambiarse. Incluso se había desmaquillado, permitiendo que sus pecas pudieran ser vistas con la mayor claridad posible. Ya imaginaba la vergüenza que sentiría de recibir a Seo en esas condiciones pero no había nada que hacer. No pensaba decirle que lo visitase otro día, porque quizá no existiría otra oportunidad.

Escuchó el motor afuera de su casa e inmediatamente se hiperventiló. Se aseguró de que el lugar se viera mínimamente presentable y era una suerte que aquello no requiriera tanto esfuerzo; apenas tenía unos pocos muebles pues se había mudado recientemente. De todos modos hubiera deseado tener más tiempo para prepararse mejor. Un enamorado como Felix se preocupaba en detalle de hacer que todo fuera perfecto mientras pudiera manejarlo.

Los golpes en la puerta anunciaron que ya estaba ahí afuera. Felix inhaló profundamente antes de abrir.

Nunca había visto a Changbin con esa expresión, cosa que lo asustó. Se veía muy serio, y tanto, que su mirada dejaba de ser la misma de siempre para volverse una totalmente ajena. Definitivamente algo estaba fuera de lugar.

¿Y si era por su culpa? ¿Y si en realidad estaba deprimido o sentido porque nunca le respondió el mensaje?

Changbin sentía la muerte respirándole en la nuca. Sabía muy bien qué es lo que iba a hacer allí, y cuando vio a Felix a los ojos, todo en su interior se desmoronó. Se juraba el peor ser humano existente, y no aguantaría romperle el corazón al chico que tenía en frente.

Sólo existía un milagro posible, y era que él pudiese ser entendido y perdonado.

— Perdóname. — El rubio se lanzó a abrazarlo producto del deseo que tenía de tenerlo entre sus brazos. Aquellos días sin verlo se sintieron como si su vida se hubiese vuelto blanco y negro, y al abrazarlo todos los colores volvían a cobrar vida. Era ridículo para él que hubiese desarrollado tanto cariño por el mayor en tan poco tiempo, pero no podía pensar en esa ridiculez cuando se hallaba abrazándolo.

Bin lo abrazó también para apegarlo un poco más. El cuerpo de Felix era delgado pero muy reconfortante. Su claro cabello alborotado rozaba su mejilla y al respirar podía percibir el distintivo aroma cítrico que traía. Tenerlo de ese modo bajo sus grandes brazos le hacía creer que ese milagro al que se quería aferrar era posible.

— ¿Por qué me pides perdón? — Le preguntó tan roto como confundido.

— Por no responderte nunca. — Lloriqueó mientras seguía abrazándolo.

— No digas tonterías. Yo soy quien debe pedirte perdón. Lamento mucho el dejarte plantado ese día.

— No te preocupes por eso. — Dijo escondido en su cuello. — Ya me pediste perdón, y yo nunca te lo dije, pero ya te perdoné. Todo está bien.

Escuchar eso ponía a Seo peor de lo que ya estaba. Sería fácil dejar las cosas así. No tenía poderes para congelar el momento, pero habría amado tenerlo pegado a su cuerpo para siempre, oyendo aquel "todo está bien".

— Tengo que explicarte lo que pasó ese día.

— En serio no te preocupes. No tienes que darme explicaciones, no es tu obligación.

— No es eso. — Felix se alejó un poco para poder verlo a la cara. El tatuado no era tan fuerte como para corresponder a su mirada, y terminó por evadirla. Detestaba con todas sus fuerzas sentirse tan débil. — Es muy importante que te cuente.

Please!! Remember me || Minsung (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora