Parte 40

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Capítulo 40

Entre las dos se presentó un enfrentamiento para ver quién era la que cedía primero. Ninguna quería separarse porque, la primera que lo hiciera, tendría que asumir las consecuencias, tomar la iniciativa y encarar lo que estaba pasando. Era como si aquel beso fuera el borde de su relación amistosa, un precipicio que ellas estaban por saltar tomadas de la mano.

Al final, Mara decidió separarse y carraspeó para despejar su garganta. Se relamió los labios y se pasó el cabello rubio por detrás de las orejas. Estaba espantada y avergonzada por haberle robado ese beso. ¿Tal vez debería pedirle disculpas y fingir que nada había ocurrido?

—Uhm... ¿qué quieres almorzar? —Preguntó en un tosco intento de dejar atrás lo que había pasado.

A Alani le dolió un poco que ella actuara normal.

—Esto... creo que pechuga a la plancha con vegetales. Debo consumir más proteínas ¿verdad?

—Sí —dijo Mara. Se levantó de un salto y se volvió a pasar el pelo detrás de las orejas—. Voy a comprar y ayudaré a mi mamá en la cocina. ¿Quieres venir?

—No —respondió con la cabeza abajo y tratando de reprimir una sonrisa—. Voy a dormir un ratito.

—Bi-bien... puedes bajar a comer cuando tengas hambre.

—Sí, gracias.

Mara no dijo otra palabra, y salió caminando con pasos rígidos como si fuera un robot al que le faltara el aceite. Petra se quedó mirándola hasta que desapareció, y se dejó caer en la cama como si le hubiesen quitado sus baterías.

***

—Les digo que fue la cosa más rara que me haya sucedido en la vida.

Larisa y Vicky se miraron un segundo mientras Alani les contaba sobre el beso. Faith y Alexia se habían llevado a Mara a dar una vuelta por la escuela para distraerla, antes de que la tensión en esa pequeña mesa de la cafetería hiciera explosión.

—Qué extraño —juzgó Larisa—. Se supone que cuando besas a alguien que te gusta, sientes esas abejas por todos lados.

—No precisamente —replicó Victoria. Le dio un sorbo a su jugo de mango y siguió hablando como una profesora—. Si el primer beso no se da en el momento indicado, es posible que todo el proceso de enamoramiento se eche a perder.

—¿Entonces lo arruiné con Mara? —Los ojos de Alani se abrieron de par en par.

—No estoy diciendo que ese sea el caso. Se nota que se quieren, el problema está en que ninguna de las dos se anima a dar el paso decisivo. Se asustan y por eso cometen tonterías sin razonar.

—Ya —dijo Larisa—. No tienes por qué ser tan dura con ella.

—No, no. Vicky tiene razón. Yo quería hablarlo inmediatamente después, pero ella salió corriendo. Ambas nos sentimos incómodas como si hubiéramos hecho algo malo.

Vicky rió por lo bajo.

—Tonta. No le vayas a decir eso, o la vas a alejar de ti para siempre.

—¿Y qué hago?

—Vamos a darle tiempo a Mara, para que asimile lo que pasó —propuso Larisa—. Ni ella ni tú han tenido pareja y deben dejar que las aguas se calmen. Pensar con mayor juicio y ver si quieren una relación seria o algo más sencillo y esporádico.

Vicky asintió y se animó a agregar.

—Si vas con ella y tratas de forzar las cosas, la tensión entre ustedes aumentará y podría ser peligroso. Actúa normal. Eso es lo mejor en estos casos. Cero dramas. Cero lágrimas.

[Terminado] Enamorada de la Nerd  [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora