Parte 12

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Capítulo 12

Alani gruñó como un animal enjaulado. Pasó fotografía tras fotografía y con cada una, su grado de indignación fue creciendo más. Sus amigas le habían dicho que irían a una pijamada con Faith, pero las ingratas no le habían preguntado si ella quería ir. Y aunque lo hubieran hecho, Petra se habría negado por completo.

Y ahí estaba la prueba del por qué: las fotos. Las chicas no dejaban de subir imágenes al Facebook y presumían de lo bien que se la estaban pasando: se habían hecho mascarillas humectantes, peinados extraños, retos... Lucían ropas cortísimas y mostraban una generosa cantidad de carne. Sus piernas depiladas y lisas como la seda, la piel fresca y suave, los vientres planos y las nalgas tentadoras.

—¡Pff! —masculló de mal humor—. Ni que estuvieran tan guapas. Son unas superficiales

—¿Alani? —Preguntó Mariana para llamar su atención—. ¿Quieres otra hamburguesa y más papas fritas?

—Ah, sí, por supuesto.

Dejó el teléfono junto a la mesa y se concentró en el delicioso sabor de la comida. Era algo que sus tontas amigas jamás podrían comprender porque estaban demasiado ocupadas comiendo ensalada y saliendo a correr a las cinco de la mañana.

—¿Quiénes son esas? —Preguntó Cony después de echarle un vistazo las fotos en el teléfono de Petra. Rió y empezó a pasar las imágenes con el dedo—. ¿Son las pendejitas con las que te juntas?

—No les llames así.

—Uy, perdón. Son unas Barbies.

Juliana, que estaba al otro lado de la mesa, le quitó el teléfono a Cony y vio las fotos. Hizo rizos con su cabello verde y lanzó una risita socarrona.

—Ah, conozco a la morena. Se llama Faith ¿verdad? Sale con Adolfo. Si supiera la pobre que el chico la está engañando.

—¿Es verdad? —Preguntó Petra con los ojos bien abiertos—. ¿La engaña?

—Cada fin de semana va al restaurante donde trabajo y lleva una chica. Faith es una estúpida por no darse cuenta.

—Deberíamos decirle —sugirió Cony—. Me encantaría ver como se le rompe el corazón y que no puede confiar en los hombres.

—Es buena idea. Que lo haga Petra.

—¿Por qué yo?

—Porque así te lo digo —argumentó Juliana—.Y ahora, trágate esa hamburguesa. ¿O qué? ¿También te vas a poner a dieta?

—Uhm... pues...

—Ah, vamos. Acéptate como eres: una lechoncita.

—¡No estoy gorda! —replicó, ruborizada por el comentario—. Además, es una hamburguesa vegetariana. Es más sano que los tacos que se están tragando. Ustedes sí que se ven obesas.

—¿Quieres hablar sobre peso, tetas de vaca? —La retó Juliana. Alani quiso replicar, pero tras ver las miradas de sus otras amigas, decidió callarse y comerse la hamburguesa de vegetales.

***

Terminaron agotadas y un poco picadas por el vodka. Nada grave, por supuesto. Ninguna de las cuatro era tan estúpida como para ponerse ebria y hacer quién sabe qué clase de locuras de las que posiblemente se arrepentirían después.

Por desgracia, Faith ya había hecho algo y no podía dejar de pensar en eso. Sus labios aún tenían grabados aquellos besos y se preguntó qué habría sucedido si las otras chicas no hubieran llegado a interrumpirlas.

Fue la última en acostarse en la cama. Larisa y Alexia dormían en el suelo sobre sacos de dormir. Faith apagó la lamparita al lado de la cama y se tapó con la cobija. Victoria estaba a su lado y no había dicho gran cosa desde su esporádica travesura. El silencio estaba matando a Faith.

[Terminado] Enamorada de la Nerd  [Historia Lésbica]Where stories live. Discover now