Parte 17

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Capítulo 17

Vicky se moría de los nervios, pero no quería hablar de eso con sus amigas. Si se lo contaba a Larisa o a Alexia, cualquiera de ellas haría un escándalo y no dudarían en estar presentes para cuando llegara el momento de, dicho coloquialmente, hacerse mujer.

Porque eso iba a pasar. Sería su primera experiencia en el sexo y eso no podía tomarse a la ligera. Había fantaseado con Faith por mucho tiempo y la idea de que iba a poder revolcarse con ella a placer, la intimidaba a tal grado de querer llamarle y decirle que cancelaba todo el plan.

Tomó valor. Salió de urgencia a la plaza comercial más cercana y entró a una tienda de Victoria's Secret. Al ver el precio de la fina ropa interior con encajes, casi le dio un paro cardiaco. Eligió unos cacheteros rojos y un brasier a juego, seguido de una batita transparente y un par de tangas sensuales como las que había comprado Alexia.

Se terminó sus pocos ahorros y volvió a casa echa una torbellino. No iba a dejar que Faith la viera con su anticuada ropa interior, no señor. Estaba a punto de dar un enorme paso en su vida sexual. Al fin haría algo más que masturbarse en soledad todas las noches antes de dormir, y eso ameritaba severos cambios en su vestimenta.

Se preparó lo mejor que pudo dándose la ducha más larga y minuciosa posible. Podó el césped. Humectó su piel y se vio unos trescientos cincuenta y cinco tutoriales en Youtube para hacerse un peinado coqueto, aunque después de fracasar en todos, eligió simplemente ir con el cabello lacio a los hombros que la caracterizaba. Se puso una falda a media pierna y una blusa que dejaba sus hombros descubiertos. Su cuello, adornado con un collar de oro, lucía tan apetitoso que hasta ella misma se lo hubiera comido a besos.

Y todo estaba marchando de maravilla hasta que una voz irrumpió en su habitación.

—¿A dónde vas?

Victoria se volvió hacía su madre. Angie estaba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Vestía unos shortcitos con estampados florales y una blusa sin mangas. El tatuaje de flor en su pierna derecha brillaba sobre su piel de caramelo y su cabello ondulado caía rozándole los brazos.

"Ni en mil años me veré igual de linda" pensó Vicky y se preguntó por qué ella no había heredado los grandes atributos de su madre. ¿Y si era adoptada y nadie se lo había dicho?

—Ah... ¿Una cita?

—¿Chico o chica?

—Chica —aceptó, bajando la cabeza. Se sentó en la silla delante de su tocador y suspiró—. Aunque no sé cómo sentirme.

Angie comprendió. Se acercó a su hija, tomó el cepillo que estaba en la cama y empezó a cepillarle el cabello. No lo había hecho en muchos años. Su pequeño pastelito había crecido y aunque tanto ella como su esposo seguían viéndola como una niña aplicada, en el fondo sabían que ya no era así y que Victoria era una mujer con deseos y sueños.

Fuera con un chico o con una chica, Angie sabía que su deber como madre era estar cerca y darle el apoyo que pudiera necesitar. No era muy buena dando consejos, y ambas lo sabían.

—Bueno. La primera vez siempre te pone los nervios a flor de piel. Lo mejor es estar calmada y dejar que la otra persona haga lo que deba hacer.

—¿Me... estás dando consejos?

—Casi no sé nada sobre sexo lésbico, pero creo que deberías escucharme.

"¿Casi?" repitió Victoria en su mente.

—¿Y... duele?

—Un poco.

Vicky tragó saliva y se frotó los brazos.

[Terminado] Enamorada de la Nerd  [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora