-Me refería a vestirnos.-Rodó sus ojos-. Y después a discutir.

-Mmmm. Por eso mismo decía.

-Dios, mejor ve a bañarte y ahora hablamos-Besó mis labios y literalmente me empujo para que entrara al baño.

***

Cuando salí del baño, él ya no estaba en la habitación. Qué raro. ¿Dónde se habrá ido? Debería dejar una nota o algo para yo saber donde está. No puede dejarme siempre con la angustia.

Después de haberme cambiado, estaba quitándome la toalla del cabello para peinarlo, y estaba chillando por ello. No sé por qué me tuve que lavar el cabello.

Sentí que abrieron la puerta de la habitación y me miré a través del espejo y era él con su cabello húmedo, unos jeans oscuros y una camisa negra pegada un poco a su cuerpo que lo había ver de ensueño.

-¿Dónde estabas?-pregunté tajante a través del espejo.

Él se encogió de hombros acercándose a mi para quitarme la crema para desenredar de las manos.

¡Sí! ¡No lo haré yo! ¡Qué emoción!

-Estaba bañándome-contestó, aplicando la crema a las puntas de mi cabello.

Mmmm.

-¿Y no pudiste escribir una nota diciendo: "Chloe estoy bañándome, ahora vuelvo"? Me tenías angustiada.

-Por favor, no seas exagerada.-Comenzó a cepillar mi cabello.

Qué delicia. Debería ser mi peinador personal.

-No soy exagerada. Te pudo haber pasado algo en el baño y nadie lo iba a saber porque no sabía donde estabas.

-¿Y qué es lo peor que me pudo haber pasado? ¿Caerme?-dijo con sarcasmo.

-Te pudiste haber ido por el retrete y nadie te hubiese salvado. Y ni creas que te iba a pasar como la película del ratoncito, que tenía de todo y se fue por...-Adams, ni si quiera podría irme por el retrete.

-¿Por qué subestimas? Tú no sabes nada-señalé.

-Ya. La próxima vez te avisaré hasta cuando vaya a tomar un vaso con agua. No te preocupes.

-Si porque puedes ahogarte con el...-¿Quieres parar?

-De acuerdo-dije cuando justo me terminó de peinar.

A veces la vida es tan injusta.

-Vamos a desayunar.-Tomó mi mano para levantarme-. Nos están esperando.

¿Quién carajos estaba...? Oh.

Estaban todos de nuevo reunidos en la mesa comedor de la cocina. Tengo que preguntarle al grosero quiénes son los que viven aquí y quienes no.

-Buenos días-dijo él, abriendo la silla para que me sentase.

¿Qué tiene? ¿Fiebre? Guau.

-Buenos días-dije, sentándome.

-Buenos días-contestaron todos al unísono.

Ahora que me percataba, Chase estaba también. Y estaba muy hermoso, se veía todo tierno desayunando. Joder, lo extraño, lo extraño mucho.

-Y bien... ¿Cómo la pasaron?-preguntó la abuela dinero.

-Abuela-la regañó el grosero.

-Sólo tenía curiosidad.

-Quédatela-dijo él antes de meter el tenedor en su boca.

Analizando aquí, en mi yo interior, me doy cuenta que la que está en la cocina, supongo que fue la que hizo el desayuno, no era Barbie quiero ser una puta ama de casa, sino una señora muy de edad pero se le veía muy amable.

GROSERO ©Where stories live. Discover now