Cap. 27

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      ┌→❝La desaparición

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  ┌→❝La desaparición.❞」

NO ENTIENDO NADA.—una cabellera castaña negaba mirando con terror a aquellas páginas de papel en frente a ella.

—ni como explicarte seis. Yo tampoco.—Amelia miraba con una sonrisa de decepción a su amiga. Matemáticas probablemente era la materia más confusa hasta ahora, números, letras, x, y,
¿que carajos significaba todo eso? Pero ey, por lo menos podían mover cosas sin tocarlas ¿no? El timbre de aquella clase sonó a todo volumen, indicando que podían salir de aquel salón.

Seis suspiró aliviada, levantándose de su asiento mientras estiraba cada músculo que tenía. Amelia le dio una pequeña palmada en la espalda indicándole que debían salir. Fuera de salón, las dos jóvenes caminaban
Juntas mientras se dirigían al baño, pero una maestra de unos sesenta años se acercó a ellas a paso rápido.—buenas tardes señoritas.—las dos amigas se miraron entre si, y saludaron a aquella señora con una amistosa sonrisa.—¿podrían acompañarme a la oficina? Por lo que he visto aún no se han registrado.

Amelia abrió sus ojos con un tanto de preocupación y indirectamente miró a su amiga la cual sostenía una sonrisa amigable, pero que transmitía nervios.—claro.—asintió la rubia, siguiendo a aquella delgada mujer de cabello pelirrojo. Subieron por unas escaleras las cuales las llevaron a dos puertas grandes decoradas con frases motivadoras, aquella maestra abrió la puerta primero, dándoles El Paso, ambas chicas entraron y la mujer se sentó en un espacioso escritorio con una computadora. La pelirroja se colocó unos lentes y comenzó a escribir en el teclado.

—bien. ¿Cual es tu nombre querida?—pregunto la mujer dirigiéndose a seis.
La castaña miro a su amiga de reojo preguntándose qué decir, ya que un número no era algo común. Amelia levanto sus hombros, sin saber como ayudarle.

—mhm.—rio la joven nerviosa entre dientes sin saber que responder. Trago un poco de saliva raspando su garganta por los nervios.—seis.

La maestra la miro con el ceño fruncido.—¿tu nombre es seis?—la castaña asintió. La maestra suspiró y marcó el nombre en el teclado.—¿apellido?

Seis aclaró su garganta y miró a su amiga buscando ayuda. mientras que la maestra miraba a la pantalla de el dispositivo, Amelia levanto sus hombros sin saber que decir.—Benson.—lo primero que se le vino a la chica es lo primero que exclamo. Aquella maestra asintió y escribió en el teclado.

—¿el tuyo?

La rubia trataba de pensar en que decir, si decía su apellido real, quedaría marcada en algunos registros con la palabra "Brenner" a lado de su nombre.—Amelia.—comentó la chica. Aquella maestra asintió y escribió su nombre en la computadora.

APOCALYPSE - Peter BallardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora