Cap. 3

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┌→❝ cuatro ❞」

Cuatro sostenía una bolsa de hielo contra su lado izquierda de la cabeza, mientras volteaba a ver con una mirada de odio a Dos.

Por el otro lado, dos masajeaba su brazo derecho mientras hacía muecas por el dolor del impacto. La puerta de la enfermería se abrió, mostrando a el doctor Brenner con una sonrisa deslumbrante de felicidad.
—¿como te sientes, cuatro?—el moreno mostró una pequeña sonrisa sarcastica. Indicando que no estaba del todo bien.

—Perfecto. Papa.

—¿y tu, dos?—la rubia levantó su dedo pulgar indicando que se sentía bien, aunque no era cierto.—lo hicieron muy bien. Fue increíble ver como usaron la misma fuerza. Al mismo momento. Fascinante.—el Dr Brenner se apartó de los niños y tomó lugar a lado de la enfermera, mientras hablaba cosas que eran inaudibles para los jóvenes.

—un poco más fuerte no hubiera dolido. Eh.—se quejo cuatro mientras miraba fijamente a la chica.

—¿que se suponía que hiciera? ¿Perder?

—Aunque probablemente me hayas sacado un moretón del tamaño de mi frente, debo admitir que eres muy fuerte. No me lo esperaba, y menos al verte en la sala de practica sin poder mover una pelota. Felicidades.—sonrió el moreno de manera hipócrita, pero por lo menos su felicitación era sincera.

—gracias.—el tampoco estás tan mal, pensó la chica.

El morocho soltó una pequeña risa. Mejor que tú si. Pensó cuatro mientras evitaba contacto visual.

—¿mejor que yo?—hablo la rubia en voz alta. El moreno la miro con extrañeza.
¿Lo dije en voz alta?—si lo dijiste en voz alta, tarado.—cuatro abrió sus ojos con sorpresa al darse cuenta de que no. No lo había dicho en voz alta.

—no lo dije en voz alta, Dos.—negó el moreno mirando a la rubia. Dos se quedó atónita, mirándolo como si estuviera loco.
Su platica fue interrumpida por aquel muchacho callado de pelo rubio.—¿me llamó, Doctor Brenner?

—¡Ah! Peter—el doctor Brenner se acerco al Rubio mientras le daba unas palmadas en el hombro, susurrando algo en su oído lejos de alcance de los dos muchachos.
Se pudo percibir como el joven asintió con su cabeza y volteó su mirada a la de los dos muchachos aún lastimados.

—acompáñenme.—ordenó mientras hacía un ademán de bienvenida. Los dos chicos con desconfianza se miraron entre si, para después levantarse con bastante dolor en su columna y salir de la enfermería.—¿como se sienten?—preguntó el rubio, mirando fijamente a Dos, sin mostrar mucho interés en el estado de Cuatro.

Ninguno de los dos muchachos respondieron su pregunta, al contrario, comenzado a hacer preguntas ellos.—¿a donde vamos, enfermero Ballard?—preguntó el moreno, sin alguna idea de cómo llamarlo ya que muy pocas veces se habían dirigido la palabra.

—Por favor, llámenme Peter. No soy muy estricto en eso de los nombres.—sonrio el Chico de ojos claros.—además, me hace soñar más viejo, y solo soy dos años mayor que ustedes.—río Peter.

—uno.—corrigió Dos, mostrando que era mayor que el Moreno. Cuatro rodó los ojos.

—y respondiendo tu pregunta, cuatro. Iremos a hacer unos estudios. Entra, por favor.—Peter abrió una puerta a su izquierda, dejándole El Paso a el morocho. Al intentar entrar dos, peter la detuvo.—tu no estarás en esta sala.

APOCALYPSE - Peter BallardWhere stories live. Discover now