Cap. 21

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  ┌→❝muerte❞」

Peter y Amelia comenzaban a preocuparse. Regresaron por el mismo camino en el que vinieron, esperando ver a la pequeña niña que los venía acompañando, pero no había rastros de ella.

—¿y si se la llevaron?—pregunto la joven con manos temblorosas y un nudo en la garganta, preocupada por once.—¡¿ay dios y si ya la mataron?!—exclamó la chica y peter negó.

—cálmate dos no la han matado. La vamos a encontrar.—aseguró el joven mientras miraba a sus alrededores tratando de buscar a aquella cabeza de cabellera corta. Dos suspiro con alivio al ver a sus amigos en un pasillo, acercándose a ellos suponiendo que la chica estaba junto a los otros.

—casi me da un paro cardiaco—comentó la joven acercándose a aquellos. Con su respiración ya más calmada. Al acercarse más a al grupo, pudo percibir como solo seis y tres se encontraban en aquel pasillo.

—¿que paso? ¿Y once?—pregunto tres mirando su hermana con miedo.

—¿y cuatro?—pregunto Peter, con el ceño fruncido.

—dijo que los iría a buscar.—peter y Amelia rápidamente se miraron entre si, nefando dando a entender que no lo habían visto. Antes de que pudieran seguir con su conversación, un fuerte golpe y varios gritos agudos, los interrumpió y logró que fueran corriendo a esconderse a una pequeña habitación, los gritos continuaban, se escuchaban llenos de dolor.

—¿Que esta pasando?—pregunto seis apunto de derramar unas lagrimas con el pensamiento de que podían estar lastimando a sus amigos. Mientras tapaba sus oídos tratando de no escuchar los sonidos de dolor.

—cuatro y once.—comentó la rubia mirando a sus amigos con preocupación y jalando la manija de la habitación, con intenciones de salir de aquella. Ballard rápidamente la jalo sin dejarla salir.

—estas loca, de aquí no sales hasta que paren los gritos.—dos jaloneo de su brazo tratando de zafarse del agarre.

—¡mis amigos estaba ahí afuera!—exclamó la rubia mirando a el joven con enojo.—ya suéltame Ballard.

—que no.—negó el joven sin dejarla salir.

—cuatro esta ahí afuera y once también, no podemos dejar que los lastimen.—un desgarrador grito hizo que los jóvenes se miraran entre si, todos igual de preocupados y con su respiración agitada. Dos sentía como una punzada en el corazón le decía que tenía que salir.

—a la mierda.—el castaño de ojos oscuros abrió la puerta saliendo de aquella. Habitación, seis negó con la cabeza hacia el, con miedo de que le pudiera pasar algo a él joven. —¿vamos a dejarlos ahí?—peter suspiro soltando a la joven y colocándose a lado de Tres.

—esta es la idea más estupida que han tenido en toda su maldita vida.—negó que l rubio mirando a los otros tres, pero dando a entender que se unía al plan. Los cuatro jóvenes se encaminaron a los pasillos buscando a sus amigos. Seis sentía como sus manos temblaban con nervios y miedo, esperando no encontrarse con una horrenda escena en la cual se involucraban ambos de sus amigos.—¿porque carajos les hago caso?—pregunto el rubio, todo el camino venía quejándose sobre cómo les falta lógica en su cabeza y era un imbecil por haberles hecho caso al seguirlos, pero claro, nadie le hacia caso. Seis iba un poco detrás de los otros tres jovenes, ya que le daba miedo ser la primera en la fila.

Seis miraba por cada habitación, analizando sus sus amigos estaban dentro de alguna de estas, al ver a una con la puerta entrecerrada, de acercó lentamente abriéndola y alejándose con rapidez para que no topase con algo. Un grito desgarrador se escuchó de parte de la castaña. Los tres amigos rápidamente se giraron a verla, una mano estaba posada en su boca con terror y sus ojos se llenaron de lágrimas, Ballard rápidamente se acercó a la puerta a inspeccionar que es aquella escena tan horrible que la había hecho reaccionar así.

Número 15, un paciente junto a otros niños, estaba tirado en el piso, su bata cubierta de sangre y sus ojos llenos de gotas rojas. Sus huesos, completamente rotos. Ballard abrió sus ojos con completa sorpresa y miedo. Dejando El Paso a los hermanos para ver lo que estaba pasando.

—Dios mío.—susurro tres. Preguntándose qué carajos había pasado y quien pudo haber hecho esto. La respiración agitada de seis se escuchaba por los pasillos, la chica tenía lágrimas recorriendo sus mejillas. Dos por el otro lado la abrazaba tratando de calmarla, pero no pudo evitar sentir aquel nudo en la garganta haciéndola querer derramar unas también. Peter y tres trataban de mantéese compostura pero con
Esa escena en frente de ellos era extremadamente difícil.

—¿quien haría esto?—habló seis entre sollozos apoyada contra el hombro de su amiga sin querer mirar a los pequeños niños .

—busquemos a cuatro y a once ¡ya!—comento peter queriendo salir de aquel lugar. Con angustia de que once y cuatro sufran el mismo destino que aquellos.

V

APOCALYPSE - Peter BallardWhere stories live. Discover now