Cap. 24

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  ┌→❝¿preparatoria?❞」

EZRA MIRABA A SU HERMANA CON OJOS ENTRECERRADOS. Mientras comía a cucharadas su cereal mirándola con sospecha. Amelia estaba sentada en el comedor, mientras tomaba jugo de manzana mirando la ventana inocentemente sin darse cuenta de la mirada de su hermano.

—¿Que tal tu mañana?—Amelia volteo a ver a su hermano y casi se atraganta con su jugo, tosiendo fuertemente.—casi te atragantas, también con tu jugo digo.

La rubia lo miro con confusión pero ignoro el comentario.—bien. Pero claro que la interrupción de seis fue molesta.

—¿y la de peter?—Amelia entrecerró los ojos y miro a su hermano apretando su mandíbula. Con molestia a los comentarios indirectos de Ezra. Seis entro al comedor. Aclarando su garganta mientras se sentaba a lado de la rubia.

—tu que.—comentó Amelia mirando a seis con disgusto y la castaña posó cara de ofendida mientras ponía una mano en su pecho. Seis y Ezra hacían contacto visual, la castaña no podía aguantar la risa dentro de ella que quería salir, y tres miraba con decepción a aquella rubia que no entendía porque seis hacía sonidos extraños reprimiendo carcajadas.—pareces pájaro.

Seis no aguanto más cuando peter entro a la cocina, con una cabellera ya despeinada para atrás y su camisa entreabierta. Ballard la miro arrugando sus cejas y mirando a Amelia buscando una explicación.
—Okey...—comentó el joven y tomó una taza de café mientras la preparaba.

—Oye peter..... ¿porque tomas tanto café en las mañana?—pregunto Ezra mirando con una sonrisa fingiendo inocencia.

—para....¿despertarme?—respondio el rubio con un tono de obviedad y molestia en su voz.

—¿en serio? No creo que lo necesitas, te escuchamos bastante despierto hace poco.—seis poso ambas de sus manos en su abdomen soltando unas carcajadas que podían levantar a los vecinos, casi cae de su silla al balancearse hacia atrás por su risa. Ezra sonreía discretamente de lado mirando a seis mientras comía cereal, sabía lo que hacía. Peter sonrio de manera sarcástica y se cruzó de brazos recargando en el lavabo mientras miraba a aquellos dos con irrites al igual que Amelia.

—¿es suficiente no?—hablo Peter mirando como aquellos dos no paraban de reír. Seis negó.

—ya callate Ezra.—hablo Amelia dándole un manotazo a la nuca de su hermano. Ezra sobo su cuello y miró mal a su hermana mientras soltaba la cuchara del cereal. La rubia se levantó de la mesa y puso su silla en su lugar. Salió del comedor y se dirigió q su cama. Aquellos tres vieron como la rubia salía del comedor, sin decirles nada. Peter entrecerró sus ojos, y volvió su mirada a Ezra y seis. Los cuales le sonreían con picaría.

—¿que quieren?—suspiro Ballard preguntando mientras apretaba su mandíbula.

—¿como estuvo? Ya en serio.—preguntó seis mirando a peter haciéndolo enojar aún más.

—consíguete novio y no vas a andar de preguntona.—seis rápidamente se cayo y abrió su boca con ofensa, mientras que peter sonreía con sarcasmo.




Seis era alguien que no tenía filtro, hablaba mucho, reía fuertemente, no le importaban las apariencias. Pero, era alguien muy tímida. Simplemente hablar con gente extraña no se le daba, por lo que desarrollar su habilidades del habla no era fácil, por eso disfrutaba tanto la lectura. Le era fácil buscar palabras fascinantes con que expresarse y hablar sin tener. La castaña se dirigía a la habitación de Amelia. La cual tenía un estante lleno de libros, uno de los cuales seis necesitaba, se acercó a la puerta de Amelia, jalo de la manija, queriendo pedir un libro de su hermana prestado, pero al ver a la rubia con la mitad del cuerpo afuera de su ventana con intenciones de salir de el departamento, sus ansias por leer se fueron y las de saber que planeaba su hermana aparecieron.

—¡te vas a caer!—exclamo seis corriendo hacia ella jalándola de la muñeca. Amelia sacudió su mano tratando de quitársela de encime.

—cállate seis.—susurró la rubia quitando la mano de su casi hermana.

—¿Que carajos haces?

Amelia no sabía si contar lo que tenía planeado o simplemente regresar a su cama. Después de unos minutos la rubia suspiró.—voy a la preparatoria.—susurro Amelia hacia su hermana, dejándola con los ojos abiertos.

—no estás inscrita.—negó seis.

—fingiré que lo estoy. Vamos, ¿no estás harta de convivir con nosotros todo el tiempo? ¡Necesitamos conocer más gente!—seos suspiró. Aquella chica tenía razón en gran parte.

—si, pero.... Es arriesgado. ¿Y si alguien del laboratorio te ve?—pregunto la castaña con preocupación.

—seré cuidadosa. Solo necesito que me cubras, si peter se entera que salí, estoy muerta.—río la rubia, seis lo pensó un poco, pero terminó accediendo. Ayudando q la rubia a salir por la ventana, cuidadosamente jalándola de un brazo mientras bajaba por la pared. La rubia le agradeció guiñándole el ojo y se dirigió a la preparatoria, actualmente eran las 10:00 am. Bastante tarde, pero trataría de disolverse entre los alumnos.

Ella sabía perfectamente donde se encontraba el lugar, siempre quiso estudiar ahí, conocer gente, aprender materias, era su sueño. Amelia caminaba por la banqueta,  con bastante prisa, tratando de llegar lo más pronto posible, pues sentía emoción y nervios al mismo. La campana escolar sonó hasta afuera del edifico, indicando que estaban en descanso, el Perfecto tiempo para entrar a la preparatoria. Amelia se dirigía a las grandes puertas del lugar, entrando discretamente, los pasillos estaban llenos de alumnos, los cuales platicaban, corrían, reían y azoraban casilleros. La joven sonrió felizmente al ver más personas de su edad. Se sentía bien. La chica tragó saliva y camino entre las personas, recibiendo pocas miradas de duda, preguntándose qué hacía una nueva joven en las instituciones.

No estaba de más comentar, que Amelia era una chica bastante bonita. Su cabello rubio oscuro, sus pómulos prominentes, labios llenos y ojos cálidamente cafés la hacían ver guapa. Por lo que no era raro que algunos chicos susurraran entre sus amigos al verla. Pero la rubia lo encontraba curioso. Mientras inspeccionaba el edificio, mirando los salones y casilleros, sintió un fuerte golpe a sus espaldas, como alguien chocaba contra ella. Molesta, volteo hacia atrás con sus cejas arrugadas lista y mandíbula apretada. Pero rápidamente se tranquilizó al ver como el chico con el que había chocado se disculpaba rápidamente.

Un joven alto de piel clara, ojos oscuros, cabello suave y castaño sonreía de manera arrogante mientras se disculpaba riendo con una pareja de amigos.—lo lamento.—sonrió el joven sin darle mucha importancia a la rubia. Nuevamente volteo su mirada hacia ella, inspeccionándola.—¿eres nueva?
Amelia asintió rápidamente. Cruzándose de brazos a la defensiva, ya que el joven se veía bastante arrogante.—Steve Harrington.—comentó el chico, levantando una de sus manos mientras que con la otra acomodaba aquel liso cabello. Amelia lentamente levantó uno de sus brazos, correspondiéndole el saludo entrecerrando los ojos a la defensiva.—¿y tu?

—Amelia.—comentó la chica. Steve asintió la cabeza esperando a que continuara con su apellido, pero la chica no sabía si decirlo o no. Antes de poder seguir con la conversación, sonó el timbre nuevamente, indicando que tenían que ir a sus clases. Steve miro a sus amigos y les  indico con la cabeza que se adelantaran.

—¿que clase tienes?—pregunto el castaño, Amelia no tenía ni idea, de hecho, no sabía ni que carajos eran las materias. Levantó sus hombros con duda. Steve rodó los ojos y le dio un ademán de mano indicando que lo siguiera.—seré tu guía por el día de hoy. De nada, por ahora, vamos a ciencias. ¿No te darán miedo las ranas muertas de causalidad?—Amelia lo miro con asco al escuchar aquel comentario pero aun así lo siguió. ¿Que otras opciones tenía?

—V

APOCALYPSE - Peter BallardNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ