Cap. 20

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┌→❝once❞」

11:50.

La joven salía de su habitación apurada. Esperando que nadie la viera ni siguiera, tomando el elevador tratando de llegar más rápido a la planta baja. Mordiendo sus uñas con miedo que aquel plan terminara mal. Caminaba por el último pasillo tratando de encontrar aquella puerta que el joven le había especificado, esperando que sus amigos fueran puntuales al igual que la joven. Al girar sobre sus talones en el pasillo, suspiró con alivio al ver a esos tres jóvenes esperando recargados contra la pared.

—hasta que no se olvidan de algo.—reclamo la joven acercándose a sus amigos. Los movió de su camino buscando por la pequeña tarjeta en su pantalón, comenzó a buscar por todos los lados dentro de su ropa, un poco más angustiada al no encontrarla.

—dime por favor que no perdiste la tarjeta.—suspiro si hermano mirándola con molestia mientras quería arrancarse el cabello del estrés.

—¡la tenía aquí hace unos momentos!—exclamó la chica tratando de bajar la voz mientras sus nervios incrementaban.

—¿te refieres a esta tarjeta?—un rubio recargado detrás de ellos contra la pared los miraba con una sonrisa victoriosa. Y una pequeña de pelo corto a su lado. Cuatro se giró rápidamente y lo miró con un tanto de miedo y enojo.—eres distraída.—la joven camino hacia el chico con pasos fuertes.

—¡no te acerques dos! El peligro de que te mate es alto.—susurró el joven mirándolo con los ojos entrecerrados mientras ponía sus manos en frente a él para preparase de algún ataque.

—eres ridiculo.—rio el joven de ojos claros mientras le entregaba la tarjeta a dos. La cual lo miraba con disgusto de arriba ah que bajo.

—¿que haces ella aquí?—pregunto la castaña mirando a la pequeña once la cual se mantenía callada, mirando aquella escena con confusión.

—la quieren asesinar también.—comentaron peter y Amelia a el mismo tiempo. Como si fuera la situación más común del universo. Los tres jóvenes los miraron con confusión y frustración levantando sus brazos.

—¡abre la maldita puerta!—exclamo cuatro mirando a dos con frustración de que alguien llegara y los viera, la chica salió de aquel trance en el cual miraba a peter con molestia y acercó a la tarjeta a el scanner de la puerta, logrando que se abriera.

Los seis jóvenes pasaron con velocidad por aquella puerta cerrándola en seguida, revisando que nadie los viera mientras suspiraban con alivio.

—¿que sigue?—pregunto Ezra murándoles con confusión.

—buscar una salida.—comentó el rubio con una calma que ocultaba bastante nerviosismo por ser encontrados.

—¿esa es tu alternativa, en serio Ballard?—peter rodó los ojos y se giro mirando fijamente a la rubia con enojo.

—te estoy literalmente salvando de ser lentamente asesinada y torturada por el Dr. Brenner. ¿Y aun así te comportas como una maldita altanera que no está satisfecha con nada? ¿Y no puedes decirme porque?—comentó el joven tensando u mandíbula con enojo, mientras los demás jóvenes recorrían la planeta baja buscando algún conducto que los sacara de ahí.

—¿tengo que decírtelo? Pensé que esas lo suficientemente listo para averiguarlo tú solo. Ya que somos tan iguales.—el joven sintió como un nudo se formaba en su estómago y si cabeza palpitaba. El joven no sabía que contestar, Amelia sabía. Antes de que el chico pudiera decir si quiera una palabra, el grito de los otros cuatro jóvenes se escuchó por toda la
planta baja.

APOCALYPSE - Peter BallardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora