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Actualicé antes porque también ando emocionada, díganme qué tal les va pareciendo la historia uwu

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Gerard volvió a despertar a tan sólo una hora de haberse quedado dormido, estaba sudoroso y tenía la respiración muy agitada. Soñaba que criaturas extrañas se paseaban por el suelo y que una de estas se subía hasta donde se encontraba, se colocaba justo encima de él y le lamía toda la mejilla derecha. Trataba de quitársela, pero al hacer un pequeño contacto sus manos se llenaban de sangre y era una sensación realmente viscosa y pegajosa. Una sensación que odiaba con el alma. Aunque hubo una parte donde unas manos lo jalaban lejos de ahí, que lo sacaban para dejarlo en una habitación oscura pero que después de todo, lo había salvado de esa pesadilla.

Gerard sintió escalofríos, pero viendo que ya había amanecido, soltó un gruñido molesto. No había descansado nada, sentía que le ardían los ojos, pero aún tenía tiempo de reponerse. Se hizo el cabello hacia atrás tratando de despejarse la cara y miró hacia el techo secándose el sudor de la frente con la sábana que tenía encima.

Había quedado incómodo con el pleito que había tenido anoche con un hombre que había llegado al burdel. Estaba bastante explícito que habían tanto mujeres como hombres trabajando ahí, así que no sabía por qué se había comportado como un maldito homofóbico cuando supo que Gerard tenía pene.

Sí, al final había cambiado de trabajo y había salido de él un Gerard que nunca antes había visto, una personalidad que le gustaba y de la que se había adaptado a ser con el paso del tiempo. Quizás era su alter ego, o quizás era su verdadero yo, pero bajo el nombre de Party Poison podía hacer lo que quisiera y comportarse como quisiera, siendo que todo en ese sitio era parte del personaje que representaba.

Y Donna no lo sabía, pero era mejor así.

Como todo trabajo, tenía que aprender lo que implicaba ser parte de, y una de las cosas que más se le había complicado fue aprender a bailar, y luego de eso, bailar en el tubo. Cassey le había presentado a Lindsey (su nueva jefa) cuando tomó la decisión. Ella fue quien le dio detalles de lo que se podía y no hacer dentro y fuera de Ámsterdam, de los cuidados que debía tomar, de su sueldo, los análisis que se debía realizar cada dos o tres semanas, de las pequeñas clases que debía tomar y todos los beneficios que podía ganar con el tiempo.

Entre todo eso entraba el Pole dance.

Ary, la mejor amiga de Cassey, se había encargado de enseñarle los movimientos de gimnasia que podía realizar, de cómo perfeccionar su postura y estilo en el tubo, y qué hacer para no salir lastimado, junto a otros cuidados que se realizaba en el arte. Gerard había puesto mucho empeño en aprender todo lo anterior, logrando cumplir todos los requisitos que le habían dicho y, más tarde, confirmando ser una persona de género fluido. Aunque todavía se seguía encontrando cómodo con el pronombre él.

Lindsey había visto tanto potencial que le agradó la idea de que fuera uno de los primeros que comenzó a dar un show de canto con toque erótico, ya que más tarde se convertiría en uno de los eventos más aclamados para el consumo masculino, mayormente. Después, tuvo que llegar al punto donde exploró el negocio de los servicios sexuales.

Había estado muy nervioso la primera vez cuando perdió la famosa virginidad, y rompió en llanto en los brazos de Cassey cuando entró en un ataque de ansiedad luego de que le pagaran. Se había sentido mal, sucio y muy novato; su amiga lo consoló diciendo que eso no le quitaba el valor como persona, que todo era un constructo social y que con el tiempo, aprendería a disfrutarlo. Porque también tenía el derecho de descubrir lo que le gustaba o no en el sexo y lo que quería hacer. De todas formas nadie lo había obligado y era un extra muy bueno que sí aprovechaba.

I'm (not) okayWhere stories live. Discover now