10

317 42 8
                                    


Me he pasado casi todo el día en la cama tratando de ordenar mis pensamientos. De la noche de ayer solo conservo pequeños recuerdos, flashbacks que se repiten una y otra vez en un patético intento de encontrar sentido y aclarar los hechos. No sé qué me pasa pero todo permanece borroso en mi mente, como si lo hubiese soñado. Sea como sea, ha llegado el momento de actuar, no he olvidado que tengo una tarea pendiente, de hecho, Aitor se ha encargado de recordármelo a primera hora de la mañana en un mensaje en el que amablemente me informa que no había visto titulares escalofriantes en el periódico, de manera que nuestra salida debió ser todo un éxito. Y por si acaso pretendía escaquearme, concluye diciendo que espera mi informe.

No sé si reír o llorar... ¡Vamos, Sara, no puedes seguir retrasándolo por más tiempo, es una actitud infantil! ¿Qué importa lo que piense de ti? ¡No te conoce!

De: Sara G.

Para: Aitor M.

Fecha: 24 de agosto de 2014 18:45

Asunto: Desastre en la ciudad condal

Querido desconocido,

Tienes razón, no hay titulares en los periódicos y eso se debe a que hay buenas noticias: nadie ha muerto, lo que es de agradecer teniendo en cuenta cómo acabó la noche.

Tengo que confesarte que mi intento de socializar ha sido un completo desastre, te lo explico a grandes rasgos:

A una amiga se le cagó una paloma en la cabeza, y eso no sería nada especial si no fuera porque es hipocondriaca crónica. Empezó a chillar y a intentar desinfectar la zona con espray, a lo que mi segunda amiga, intentando evitar ser pulverizada, se cayó de la silla aplastando a un pobre chico que pasaba por ahí. Y yo..., bueno, me emborraché a base de Malibú con piña y acabé vomitando en los pies del camarero.

Lo bueno fue que las consumiciones nos salieron gratis, aunque nos habrían invitado de todas formas con tal de que nos fuéramos del local.

Seguí tu consejo y estuve atenta a lo que sucedía a mí alrededor. La gente parece pasarlo bien en ese tipo de sitios, las relaciones entre ellos fluyen de forma natural y es triste compararse y constatar que estoy a años luz de experimentar algo similar. Tengo mala suerte, no es una forma de hablar, es una realidad innegable. Soy un imán para los desastres, si hay algo peligroso en un radio de veinte quilómetros, inexorablemente me encontrará. Lo único que me consuela es pensar que no estoy sola, hay más "imanes de desastres" por ahí, aunque la ley de la atracción ha hecho que dos de ellas sean mis mejores amigas; ahora me doy cuenta de la enorme verdad que encierra ese viejo dicho que dice: "Dios los cría y ellos se juntan".

Me temo que estoy suspendida en esta lección, no he sido capaz de camuflarme con el entorno y limitarme a pasar un rato ameno como cualquier chica de mi edad.

Un saludo.

Sara G, alumna difícil y discípula nefasta.

Hago limpieza en el correo no deseado y, cuando me dispongo a cerrar el ordenador, un pitido me anuncia respuesta por parte de Aitor. Miro la hora en la que he enviado el mensaje y constato que hace exactamente cuatro minutos; esta celeridad en su respuesta es algo que con frecuencia me descoloca.

De: Aitor M.

Para: Sara G.

Fecha: 24 de agosto de 2014 18:49

Asunto: No desesperes, aún nos queda la recuperación

Querida desconocida,

Si lo que pretendías era sacarme una sonrisa en esta aburrida tarde de domingo, lo has conseguido. Me hace gracia tu torpeza y la naturalidad con la que la afrontas.

Friend ZoneWhere stories live. Discover now