Extra: Hermanito.

18.5K 2.3K 538
                                    

Jungkook estaba al borde de la locura y eso a Rowoon ya le estaba irritando. ¡Todos estaban nerviosos! ¿Era necesario llorar y pelear con los médicos? 

Últimamente, desde que Jimin entró en su noveno mes de embarazo, Jungkook había estado sensible por mucho. Hasta por la cosita más pequeña se largaba a llorar y eso no ayudaba al ambiente. Hyori comía dulces a más no poder, Namjoon hablaba solo intentando calmarse. Su tío Taehyung intentaba convencer a su tío Yoongi de tener un bebé y por último Hoseok dormía en las sillas del hospital. 

¡¿Acaso era el único normal?! Rowoon soltó un suspiro y se bajó de la silla. Iba a tener que solucionar el sólito toda esta situación, no podía dejar que el clima alterará a su papá Jimin y mucho menos a su hermanito.

Caminó, se paró frente a su padre, que lloraba aterrorizado de los nervios, y preguntó: —¿Vas a apurar a los médicos llorando? 

Su padre, confundido, lo miró. —¿Qué?

—¿Qué vas a lograr llorando así? No pongas nervioso a Jimin, recuerda que su lobito te siente. ¡Jungkookie, eres un alfa adulto! —lo retó. 

—Es que me pongo nervioso. —limpio sus lágrimas. 

—¡Acá somos tiburones! No mojarritas, así que… —sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo pasó a su padre. —Limpia esas lágrimas, nada malo ha pasado. Hay que esperar a Jungseol tranquilos.

—Lo siento… —lloró el alfa y el pequeño solo suspiro para abrazar a su padre. 

—No llores, todo saldrá bonito. Jimin es cool y estamos aquí. Así que no te pongas mal, solo un poquito más y veremos a nuestro bebito. —dio un par de palmaditas en su espalda y se alejó. 

Fue ahí cuando Jungkook observó a su hijo. Rowoon ya había cumplido sus nueve años y se veía tan grande que él deseo de llorar incrementó. Era impresionante lo alto que estaba, pero lo que más le sorprendía era su actitud tan valiente y decidida. Su hijo sería un lobo increíble y estaba totalmente seguro de ello. 

—Gracias… —susurró con voz rota y el pequeño sonrió. 

—De nada. 

Sin decir más se encaminó hasta su pequeña hermanita, quien ya iba por su cuarto o quinto chocolate. Se paró frente a ella y se cruzó de brazos. 

Hyori levantó su mirada y lo observó con vergüenza. —¿Qué?

—¿Tú quieres que Seol te conozca sin dientes? —preguntó elevando una ceja. —Deja de comer tantos dulces, te hará mal y no te aproveches del estado de papá para hacer lo que quieres. 

Hyori frunció el ceño y segundos después hizo un puchero extendiéndole aquellos dulces restantes a su hermano mayor. 

—Gracias y sé que estás nerviosa, pero comer tantos dulces te hará mal. Solo cuenta, eso te ayudará a distraerte. — extendió su mano y le hizo una pequeña caricia a la cual la pequeña correspondió como un pequeño gatito. 

Su hermano mayor siempre sabía cómo cuidarla, así que obedeció y comenzó a contar los segundos que faltaban para conocer a su pequeño hermanito. 

Por otro lado, Rowoon guardó los dulces en la mochila de su hermana y luego se dispuso a caminar a su siguiente objetivo. 

Namjoon. 

El tío Namjoon estaba igual de nervioso que su padre, con la diferencia que él no lloraba. Pero ¿qué hacía? Caminar de un lado a otro mientras intentaba calmarse por medio de palabras. 

Las personas que pasaban por frente a ellos los miraban como si se tratarán de un grupo de locos y lo parecían, más por el aspecto que Namjoon tenía en ese momento. 

🦈 La guía de Rowoon [ km; au ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora