🦈 La guía de Rowoon [ km; au ]

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Jimin

Jungkook y yo agradecimos al mozo una vez dejó las comidas sobre la mesa. Cuando este se marchó, Jungkook bebió de su copa y luego de carraspear comenzó a hablar. 

—No se por donde comenzar en esta tragedia llamada vida— soltó de manera dramática y yo reí suavecito. 

—¿Por el comienzo?— cuestioné con obviedad y él asintió mientras largaba un gran suspiró. 

—Nos vinimos a vivir a Estados Unidos cuando yo sólo tenía trece años. Mi padre era, bueno aún es, un empresario bastante importante. —contó con tranquilidad mientras comenzábamos a comer. —No queríamos, si soy honesto, abandonar Busan fue uno de los golpes más grandes que tuve en mi infancia. Teníamos nuestro hogar, nuestro nido, todo estaba allí y de la nada nos vimos obligados a abandonarlo. 

—Lo entiendo. —murmuré bajito. —Perder un nido es una herida muy dolorosa y más cuando eres un pequeño. 

—Así es, además la relación con mi padre nunca fue precisamente buena. Él siempre nos exigía demasiado y era bastante prejuicioso. Cuando mi hermano se mostró como omega, recuerdo que enloqueció porque él deseaba alfas en su manada. —explicó con tristeza. —Yoongi pasó años creyendo que lo había decepcionado, se odió y condenó sólo por no ser lo que él esperaba. 

Volvió a tomar la copa entre sus manos y se quedó observando el líquido. —Yo siempre fui un cachorro apegado a quienes amo, mi madre y mi hermano mayor eran un refugio para mí. Mi padre, si así puedo decirle, me llamaba cobarde. Él creía que yo iba a ser un omega, mamá siempre intentaba defendernos pero él usaba su voz de mando y ella se veía completamente dominada por él. Nunca nos golpeó, a mi madre tampoco pero se encargó de dañarnos de la manera que más podía doler. 

Llevó una mano hasta su pecho y luego señaló su cabeza. 

—Lamento mucho oír eso Jungkook. 

—Lo sé, y esto no es una excusa pero nunca tuve una buena figura paternal por ende creo que lo de ser mal padre es hereditario. 

Negué rápidamente y estiré mi mano para tomar la suya con delicadeza. 

—No digas eso, tu no eres un mal padre. —Hice un puchero. —Los niños te aman y nadie es perfecto, todos cometemos errores. Lo importante aquí es darse cuenta de lo que estamos haciendo mal y corregirlo de inmediato, porque si lo ignoraras, eso sí te convertiría en un mal padre. Pero veo tu esfuerzo, los niños también y créeme que están más felices contigo a su lado. 

El alfa sonrió y dándole un pequeño apretón a mi mano, continuó con su relato. 

—Pensamos que todo iba a cambiar una vez llegáramos a Estados Unidos. Después de todo, yo era un alfa, obedeciamos e intentábamos no molestarlo de ninguna manera. Pero en realidad, nada de lo que hacíamos era suficiente. 

Agachó su mirada con tristeza y una mueca de decepción se presentó en su rostro. —Nunca fue suficiente. 

Respiró profundamente: —Por eso puedo decirte que no tengo una excelente relación con él. Mi madre se separó de él cuando mi hermano y yo nos fuimos de casa. Eso fue cuando empezamos a trabajar y estudiar al mismo tiempo, empecé a dirigir pequeñas películas eso mismo me llevó a conocer a Jieun quien es hija de un director de cine. 

Levanté mis cejas de forma traviesa y él comenzó a reír: —Ahí llegamos a otra historia de mi vida y quiero ser completamente honesto contigo. 

Estiró su mano y tomó la mía, luego comenzamos a reír. 

—Te escucho —susurré sonriendo. 

—Nunca estuve enamorado de ella. —abrí mis ojos ampliamente y él soltó una carcajada. —Lo digo en serio y ella es consciente de ello, porque tampoco estuvo enamorada de mi.