𝐆𝐮𝐞𝐫𝐫𝐞𝐫𝐨𝐬

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El túnel de luces por el que debía cruzarse, el túnel del espacio-tiempo, fue, al menos por un segundo, la cosa más increíble que Lime presenció en toda su vida, al menos hasta que una enorme luz destello y de repente, todo fue reemplazado por la vista más hermosa que podría haber pedido.

Un mundo sin ruinas.

Una ciudad hermosa, edificios luminosos y una cierta calma en el ambiente que creyó que jamás podría volver a presenciar. Era una vista casi irreal, y pudo sentir su corazón encogerse ante la idea de haber dejado atrás a las dos personas capaces de convertir su propio mundo en uno como ese.

Rápidamente sacudió la cabeza, sin tiempo para sobre-pensar. Tenía un objetivo en ese lugar y se aseguraría de cumplirlo, de ayudar de ser necesario a encontrar la solución para su mundo, y regresar lo antes posible al lugar al que pertenecía.

El aterrizaje fue un poco forzado y brusco.

Lime murmuró algunas disculpas atropelladas por su torpeza, y podría haberse justificado con el hecho de que era la primera vez que realmente tomaba el control de la máquina del tiempo, pero considerando el estado de los dos hombres con ella, dudaba que les importara.

Apenas la compuerta se abrió, un grupo de niños estaba a los pies de la máquina, esperando, y sus ojos se cruzaron con la única niña entre ellos

— Gina...

Se veía mucho más joven, y su cabello era largo, junto con su expresión agradable y nada marcada por la crueldad de su punto, pero era definitivamente Gina.

Sorprendentemente, todos los niños la miraron con incredulidad: — ¡¿Lime?!

... ¿Ellos la conocían?

— ¿En verdad eres tú? — Gina la examinó de arriba a abajo. — Te ves totalmente diferente.

— Sí, mayor. — asintió Goten, y su hermana le dio un codazo. — ¡Auch!

— ¡Papá! — exclamó Trunks, desviando su atención de ellos al verlo ponerse de pie. — ¿Qué sucedió?

— Lograron ganar, ¿verdad? — preguntó Gina entonces. — ¿Dónde están nuestros yo del futuro? ¿No regresarán?

Lime dejó escapar un enorme suspiro, y al estar otra vez en el suelo vio que en la entrada de la casa no esperaban solamente los niños, sino también la madre de Trunks. Vegeta vio entonces que el señor Bills y el señor Whis, ambos sentados en una mesa y casi dándoles la espalda.

— ¿Qué sucedió con ustedes? — preguntó Bulma al acercarse, sumamente preocupada. — ¿Dónde están Trunks y Gina?

— Nada cambió en el futuro. — dijo Vegeta, en voz baja. — Todo seguía exactamente igual, y Trunks... él se quedó a luchar con Zamas y Black, para darnos tiempo de regresar y buscar la manera de derrotarlos.

— ¿Qué? ¿Qué hay de Gina? — inquirió, comenzando a asustarse al no verla con ellos.

— Ella está bien. — se apresuró a decir Lime, llamándoles la atención. — Me pidió que los trajera de regreso, pero no aceptó venir con nosotros. — suspiró pesadamente. — No quiso dejar a Trunks.

Gina apretó los puños, con un montón de emociones por dentro: de cierto modo, entendía que su yo del futuro hubiera optado por quedarse, ella habría hecho lo mismo antes que tener que dejar a su amigo o a su hermano, o a cualquiera de sus seres queridos, pero, aun así, no quitaba el hecho de que se preocupara enormemente por ellos.

De inmediato, una extraña indignación la embargó, y marchó decididamente hacia el señor Bills: — ¡Usted dijo que cambiaría!

— ¿Mhm? — la miró sin inmutarse, mientras disfrutaba de algo de comer.

𝙀𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙣𝙯𝙖『𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 𝐁𝐚𝐥𝐥 𝐒𝐮𝐩𝐞𝐫』𝘿𝘽𝙉 #3Where stories live. Discover now