heaven ♡ sirius black ✓

CHAPTER NINETEEN

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LA BRISA DEL AIRE FRESCO  pegaba justo en su rostro, haciendo que su cabello rubio rizado bailará en desorden. El chico Mckinnon se encontraba sentado en las gradas del campo de Quidditch, observando frente a el a su hermana menor enseñándole a Nathalia Watson un nuevo truco con la escoba, llevaban aproximadamente dos horas así y la pequeña Hufflepuff aun no lograba dominar el movimiento.

—¡No puedo Marls! ¡esto es imposible!—exclamo Nathalia haciendo un pequeño puchero con sus labios, sus ojos se estaban comenzando a cristalizar y las lagrimas amenazaban por empezar a resbalarse por sus mejillas.

Marlene abrió los ojos con pánico, había consolado a adolescentes de su edad cuando estos lloraban, pero no sabía que hacer cuando una niña pequeña lo hacía, nunca había estado en una situación así.

Para su suerte Noah se dio cuenta de lo que estaba pasando y se acerco rápidamente para tomar a Nathalia de las mejillas, haciendo que sus miradas se conectaran. El Hufflepuff se quedo durante unos segundos analizando con un poco más de detenimiento a la niña Watson, su cabello era rubio y sus ojos azul cielo, igual que el.

—Escúchame, Nathalia—murmuró el rubio, provocando que la niña le prestará atención e intentará contener sus lagrimas—Ser jugador de Quidditch no es algo fácil, son horas y horas de entrenamiento, un movimiento no te va a salir en un día, puedes tardar semanas e incluso meses—la Hufflepuff poco a poco fue dejando de llorar al escuchar la voz tan tranquila y relajante de Noah—Y no por eso significa que eres mala para el Quidditch, simplemente se lleva su tiempo. Tienes demasiado potencial, no te rindas hasta que lo consigas, por que se que podrás hacerlo, confió en ti, Marls y yo confiamos en ti.

La Gryffindor le sonrió levemente a su hermano mayor al notar como gracias a sus palabras Nathalia ya no estaba llorando. Noah se despidió de ambas rubias para después volver al castillo, no había comida absolutamente nada en todo el día y se moría de hambre.

Sin embargo, a medio camino hacia las cocinas sintió un brazo alrededor de sus hombros, no tuvo que girarse para saber de quien se trataba, ya que al aroma a perfume caro combinado con cigarrillo llego a sus fosas nasales. 

—¡Noah! ¡¿como esta mi Hufflepuff favorito?!—le pregunto Sirius con entusiasmo. 

—Estaba bien hasta que llegaste—respondió el rubio haciendo una pequeña mueca.

El chico Black ignoro sus palabras y siguió hablando: —Déjame adivinar, vas hacia las cocinas, ¿estoy en lo cierto?—Noah lo ignoro mientras seguía caminando con Sirius siguiéndolo de cerca—Pues es tu día de suerte, mi querido ojos cielo. Por que justo acabó ir a las cocinas y traigo conmigo una rebanada de pastel de tres leches, lo tomé por que se que es tu favorito. 

Noah lo miro con el ceño levemente fruncido esperando que fuera una broma, no le sorprendería para nada viniendo de Sirius Black. Sin embargo, su ceño se frunció aun más cuando noto como el azabache sacaba una pequeña cajita de sus pantalones, los cuales tenían el encantamiento extensión indetectable. 

Dentro de aquella caja se encontraban dos pequeñas rebanadas de pastel de tres leches, el favorito de Noah.

—Gracias...—murmuró el rubio sin saber muy bien que decir mientras aceptaba la caja que le tendía Sirius.

—No hay de que—el merodeador le sonrió ampliamente y se dio la media vuelta para comenzar a alejarse.

El chico Mckinnon se quedo mirando las rebanadas de pastel que estaban dentro de la caja, para después alzar la mirada y observar el como Sirius se alejaba, dentro de el comenzó a sentir un poco de remordimiento por el como lo había estado tratando durante las ultimas semanas. 

MARX.BLACK━━━━11/07/2022

━Nota de la autora:

Hello!

Les confieso que soy como Marlene, no se consolar.

Noah ya esta recapacitando!! 

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Kisses!