El calor era insoportable. Muchos en las gradas se quejaban de esto. Un día soleado, que podría ponerse más caluroso. Un factor que debía de ser importante para los equipos que competirían ese día.
—Jugaremos del modo que dijimos en la reunión.—Seidou, ya cambiados y preparados para defender en la alta, estaban en las afueras del estadio, escuchando a su entrenador.—No olviden revisar las señales.
—¡Si!
—Manténganse hidratados. También quiero que los jugadores en la banca apoyen a los que jueguen, pase lo que pase.
—¡Si!
—¡Necesitamos la fuerza de todos para ganar! Furuya, tu empezaras.
—Si.
—¡Kawakami, Sawamura, Takahashi, prepárense para salir en cualquier momento!
—¡Si!
—¿Oh? ¿El entrenador acaba de decir el nombre de Sawamura también? Que inusual.........Me apuesto a que sucedió algo ayer~. Si no, no tendría sentido~.
—*(A este no se le escapa una.)*—piensa Miyuki al escuchar a Kuramochi. Aunque no mentía. Algunos fueron testigos anoche de un enfrentamiento entre Sawamura y el entrenador, haciendo al chico ganarse cierto respecto entre todos.
—........................................—una mano se posa en el hombro de la estrella, sacándolo de sus pensamientos.
—¿Por qué te encoges en un rincón?
—Asegurate de quedarte dentro del pozo, "Cabeza deslumbrante". Nos dejaras ciegos.
—Ten cuidado de no quemarte la cabeza ahora que la llevas rapada.
Tanba mira a sus compañeros de tercero, conmovido y agradecido por sus palabras. Era capaz de sentir el apoyo a través de sus expresiones y frases. Y con un peso menos, siguió a Tetsu y los demás para entrar a su banquillo.
—¡Oh! ¡Ya salieron!
—¡Seidou!
—¡Isashiki!
—¡Tetsu-san!
—¡Masuko!
—¡Furuya-kun!
—¡Wow! Tienen muchos admiradores.—los de Akikawa miraron al banquillo de los chicos, pero su vista se centró en lo que captaban sus oídos. Los ánimos hacia Seidou se sentían desde lejos.
—Hay muchas personas en las gradas de ellos. Hasta tienen una banda y un grupo de porristas. Y en comparación, nosotros...—a comparación de Seidou, las gradas de parte de Akikawa eran muy pobre. Se podían contar con los dedos y aun te sobrarían.
—Bueno, todos están ocupados con las clases de verano.
—¡Mis padres me decían que dejara el béisbol! Dan ganas de llorar, ¿no?
—Los míos son iguales. Decían que no me enviaron a Akikawa para jugar al béisbol.
—La verdad nosotros tampoco pensábamos que nos lo tomaríamos tan en se-
—¡¿Qué tonterías andan murmurando ustedes?!—los chicos se helaron y voltearon a ver a Karin, acercándose con las manos en la cintura.—¿Lamentándose a estas alturas? ¿Antes de un juego? ¡¿Pueden dejar esas cosas para después de ganar?! ¡Ahora mismo me están dando ganas de quitarles esa soledad que tienen a golpes!
—¡L-Lo sentimos, Otoshiro-san! ¡P-Pero tranquila! No lo decíamos con la intención que tu crees. Más bien, ¡estamos listos para ganar!
—¿En serio?—la chica cruza sus brazos examinándolos, algo que causó algo de gracia en los muchachos, ya que esa actitud de ella de alguna forma los tranquilizaba. A pesar de que los amenazaba mucho.
