5

36.9K 3.9K 1.8K
                                    

Hoy le toca narrar al bombero :)

Bruno

El sudor me recorre la sien y los pulmones me arden por el esfuerzo físico, pero no me detengo. Ya van tres días desde mi cena con Alexis y no puedo pensar en otra cosa que no sea el beso bajo el muérdago.

Kaile emite un sonido desaprobatorio cuando ve que no le presto mucha atención y acelero más la velocidad sobre la cinta de correr del gimnasio, intentando que el cansancio muscular me permita dormir esta noche.

—Tranquilo, fiera, harás que salga humo de esa máquina —me dice Lena, recostada contra la entrada al lugar —. ¿Qué te sucede?

—Nada —respondo, jadeando.

—No sabía que ese fuera el segundo nombre de Alexis —se burla.

—No me fastidies o te haré correr vueltas a la manzana hasta que se te gasten los pies —le advierto, bajando poco a poco la velocidad de la carrera, casi hasta que es una caminata rápida —. ¿Qué quieres, Lena?

—No te comportes como un imbécil conmigo porque estás de mal humor — me dice con seriedad —, iremos a un bar por la noche, quería saber si te apetecía venir con nosotros o seguirás en tu faceta decrépita y ermitaña.

—Lo pensaré — resoplo y detengo por completo la cinta antes de buscar la toalla y limpiarme el sudor.

—Bien, estaré preparando el almuerzo —me avisa antes de salir del gimnasio.

Por algunos minutos, estiro mis músculos para que no duelan tanto cuando se enfríen y Kaile se acerca a mí.

—Luego —murmuro, sabiendo lo que quiere. Sé que se aburre en el cuartel, que su vida como mascota aquí no es muy parecida a lo que fue su trabajo como animal de rescate, pero no pienso ponerla en eso de nuevo y, además, ya es adulta. Tiene que hacer una vida de perro, no el trabajo de un bombero.

Kaile se va, supongo que tras Lena para conseguir comida y yo camino hacia las duchas, dejando que el agua caliente se lleve la transpiración, producto del ejercicio. Admito que mi mente reproduce la imagen de Alexis, de nuevo.

Maldigo por lo bajo y cierro el grifo, pasando la mano por mi rostro para quitar las gotas de agua y aclararme las ideas, aunque solo logro lo primero. Con un resoplido, salgo del receptáculo, busco mi uniforme y me visto, intentando centrarme en mi trabajo y no en la contadora que me está llevando a la locura.

Cuando estoy listo, voy a la cocina del cuartel, donde veo a la cabo y a Lucas haciendo estupideces, que son las cosas que obviamente hacen cuando no estoy cerca, así que carraspeo e incluso Kaile se pone de pie.

—Al menos ya no apesta a sudor, comandante —se burla Lena de mí, antes de seguir cocinando —. Tú no te quedes allí y colabora, que la cocina es tarea de todos —le espeta al otro bombero, que pone los ojos en blanco pero ayuda.

No demoramos mucho en estar comiendo y realmente deseo que no suene la sirena alertando una emergencia, pero parece que las situaciones de riesgo están empecinadas en cagarnos los almuerzos al menos una vez a la semana así que, cuando estoy mojando el pan en el estofado y la alarma comienza a sonar, quiero maldecir, pero hacemos lo que se supone que debemos hacer: dejar todo de lado, apresurarnos a ponernos el equipo ignífugo y subir al camión y la ambulancia, yendo a la dirección que nos indica la comunicadora del centro de emergencias, que deriva a las diversas centrales dependiendo de la cercanía.

Cuando llegamos al lugar del incidente, noto que no hay fuego, que solo es un accidente vial, así que dejo el extintor y me acerco al coche, seguido por otros tres bomberos. El hombre al volante está inconsciente, pero tiene pulso, así que intento reanimarlo y verificar sus heridas y en los asientos traseros...

Fuego | SEKS #5Where stories live. Discover now