Capítulo 19: Primer golpe

En başından başla
                                    

—Aizawa-sensei —dijo Hanako, llegando junto al nombrado—, tengo algo que decirle respecto a Ayami... —Aizawa la miró con atención y Hanako tragó saliva sonoramente— Vi a Ayami tomar su mochila e irse. Ella... estaba muy agitada y creo que algo enojada... Tomó todas sus cosas, las echó en su mochila y se fue.

—¿Por qué no lo dijiste en la sala de clases?

—Porque a Ayami le molesta mucho que la gente se preocupe por ella, ¿verdad? —murmuró—. Y si decía eso, sus amigos se iban a preocupar mucho. ¿No es mejor que piensen que simplemente se quería saltar matemáticas?

—No lo sé, Kuroka. Gracias por decírmelo. Vuelve a clases.

—De acuerdo, sensei. Ah, por cierto, le di onigiri antes de que se fuera, así que ella no estará con el estómago vacío —dijo con tono solemne de gran importancia.

En el momento en que Hanako se retiró de la sala de profesores, el hombre rubio que hace poco se había escondido asomó su cabeza por la puerta del baño y miró hacia todas partes.

—¿Por qué tanto miedo, All Might? —preguntó Aizawa, volviendo a su trabajo administrativo en el computador.

—Me da la impresión de que Hanako-chan podría reconocerme incluso en este aspecto —confesó All Might, volviendo a su puesto de trabajo.

—¿Hanako-chan?

—Ah, la jovencita Kuroka —se retractó rápidamente. Se quedó mirando la puerta por dónde Hanako se había ido y sonrió contento—. ¿No crees que se parece mucho a su mamá?

—¿En serio? —dijo Aizawa, volviéndose lentamente hacia All Might— Yo creo que se parece más a su papá.


☠ Kozlov Ayami.

Luego de haber metido el tupper con onigiri en mi mochila, me subí de un salto a mi bicicleta y comencé a pedalear con ánimo para salir pronto de la UA. La lluvia se había detenido hace poco y las calles seguían bastante mojadas.

Mi trabajo quedaba de camino a mi destino, así que detuve mi bicicleta frente a la tienda de conveniencia. Me bajé mirando hacia todas partes y entré con precaución.

—¿Ayami? ¿Qué haces aquí? Pensé que tenías licencia médica —dijo mi colega detrás del mesón.

—¿No está el viejo puto aquí?

—No, hoy no está el viejo puto —respondió Tomoko con una media sonrisa.

—Qué bueno —dije, caminando hacia los refrigeradores que tenían las bebidas. Tomé un jugo de naranja—. Tenía miedo de que si me veía capaz de caminar por mi cuenta me obligara a trabajar.

—Está deseoso de que vuelvas a trabajar, ya que te hiciste muy famosa en el festival deportivo de UA y quiere usar eso de propaganda. Fue una sorpresa, ¿por qué no me dijiste que estudiabas ahí?

—¿Qué importa?

Le pasé la cajita con jugo de naranja y ella lo pasó por la caja registradora.

—Hotaka puso más cámaras de seguridad —murmuró—, o no te cobraría esta porquería.

—¿Más cámaras? —dije incrédula.

—Sí, pero ese no es el tema. ¿Cómo que estás estudiando en UA, chica? —preguntó ella, golpeándome juguetonamente un hombro— No sabía que querías ser héroe.

Nuestro caminoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin