Capítulo 19: Primer golpe

62 5 4
                                    

Omnisciente.

Cuando Hanako volvió al comedor con sus amigas y éstas no vieron los onigiri que Hanako les había prometido, la miraron con gesto interrogante.

—¿Qué pasó, Hanako-chan? —le preguntó Tsuyu.

—Le di mi onigiri a Ayami...

—¿Todo? —preguntó Ochako, que se había hecho ilusiones de comer onigiri.

—Todo —afirmó Hanako, sentándose al lado de Mina.

—¿Y dónde está Kozlov-san ahora? —se preguntó la apodada Yaomomo.

—No sé, agarró su mochila y se fue corriendo —murmuró Hanako, removiendo con poco ánimo sus fideos de arroz.

—¿No estará intentando saltarse las clases otra vez? 

Hanako se encogió de hombros ante la interrogante de Tsuyu.

—Se veía muy agitada...

Tsuyu tenía razón, y las chicas pudieron comprobarlo cuando sonó el timbre anunciando que el receso del almuerzo había acabado y los estudiantes se dirigieron a la sala de clases, el puesto de Ayami estaba vacío.

Tocaba matemáticas y Ectoplasm estaba explicando materia nueva cuando Aizawa llegó para asomarse por la puerta.

—¿Pasa algo, Aizawa? —preguntó Ectoplasm, sabiendo que su colega no interrumpía sus clases si no había una buena razón.

—Eso estoy tratando de averiguar, lamento entrometerme así —dijo, y luego se dirigió hacia sus alumnos, específicamente hacia dos de ellos— Kaminari, Sero, ¿no han sabido nada de Kozlov?

—No... no la vemos desde que ella fue con Recovery Girl a la hora del almuerzo —respondió Sero y Kaminari asintió repetidas veces con la cabeza, confirmando lo que su amigo decía.

—¿Le ocurrió algo a Kozlov-san? —preguntó Midoriya.

Aizawa negó y suspiró. ¿Por qué ella se había escapado de clases? ¿Qué planeaba?

Yaomomo miró a Hanako, esperando que ella dijera que había visto a Ayami tomando su mochila y largarse, pero Hanako estaba en silencio y con la cabeza hacia abajo. Yaomomo se removió incómoda en su silla, con su sentido de la responsabilidad cosquilleándole en el cuerpo.

—¿Te pasa algo, Yaoyorozu? —le preguntó Todoroki en voz baja.

—No es nada, Todoroki-san —respondió Yaomomo sin despegar su vista de Hanako, que no levantaba su cabeza.

—Seguramente no quería tener matemáticas y ya —dijo Mineta con voz aburrida—. La otra vez también intentó escaparse cuando nos tocaba matemáticas, ¿no?

Midoriya quiso contradecir las palabras de Mineta, pero no pudo, porque después de todo, Mineta tenía razón. Pero aquella vez Aizawa había atrapado a Ayami y la había devuelto a clases con un rostro de cansancio, no se veía preocupado ni enojado como lo estaba en ese momento. Por el semblante de su profesor, Midoriya podía deducir que la situación era más grave que la vez pasada.

Aizawa terminó por retirarse y a los minutos después Hanako pidió permiso para ir al baño, que le fue concedido.

Hanako fue a la sala de profesores. Estaba tan concentrada en sus pensamientos y en dirigirse hacia Aizawa, que ni se fijó en que nuevamente estaba presente ese hombre rubio y extremadamente delgado. De cualquier forma, él hombre sí la notó a ella; se apegó a una de las paredes, tratando de pasar lo más desapercibido posible y fue sigilosamente a los baños para profesores.

Nuestro caminoWhere stories live. Discover now