•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐑𝐄𝐒𝐈𝐒𝐓𝐄• || CARL GRIMES || [TWD]

CAPÍTULO 1

Un plan más

Carl

He pasado las noches tratando de convencerme que esto no es una mala idea como se escucha en voz alta. Noche tras noche repaso los riesgos que conlleva y también la disminución de estrés al tener tantas tareas pendientes en los últimos días. Tomé el consejo de Siddiq: Disfrutar el poco tiempo libres que nos queda en la semana. Aunque, ahora más que nunca se siente extraño tener que salir sin mentir, sin una excusa y sobre todo sin escapar con ojos en la espalda.
    
Salgo de la casa colocándome el sombrero sobre la cabeza dispuesto a ir a su casa. Todavía es muy temprano como para que haya gente por las calles  realizando las tareas indicadas. Mismas  que no dudo que ya tiene cansados a los habitantes, sin embargo, todavía no hay una queja por parte de ellos porque saben que las tareas más pesadas se realizan fuera de estos muros. Dicho de otra manera, tienen suerte.

Durante la noche estuvo lloviendo, así que esta mañana se siente fría y húmeda. Un olor a tierra mojada distingo al pasar por la orilla del parque. Me agrada la sensación. Mi cuerpo se siente en total calma al recordar que a partir de hoy todo lo actual queda a un lado. Primero lo primero, avisarle a Jennette sobre esto. 

Es algo desconsiderado de mi parte avisarle en el momento sobre la salida, pero Gohan ayer en la noche me dió el permiso con tantas condiciones que terminé en la cama con dolor de cabeza.
    
Toco con los nudillos esa puerta color azul marino con ventanales rectangulares de vidrio. Mi reflejo apenas se ve por la humedad de las gotas que se deslizan poco a poco. Consecuencias de la lluvia anterior. Espero unos segundos preparándome en una confirmación o negación de está salida, estoy preparado para cualquier respuesta que obtenga de esa chica tomando en cuenta que también debe de estar estresada.

Me tarde aproximadamente tres días en convencer a mi papá de dejarme ir más lejos de lo que solemos recorrer normalmente. Tara se ofreció en cubrir mis tareas de la comunidad siempre y cuando le consiga algo que le guste. No me sorprende y tampoco estoy tan seguro de lo que le gusta a mi amiga. Casi toda la noche me la pasé pensando en eso, sé que si no le doy algo bueno me dará un buen golpe. Espero que valga la pena. 
    
Elizabeth abre la puerta luego de insistir por varios segundos, noto su rostro torcido, puedo jurar que apenas se ha despertado, creo que he interrumpido su placentero sueño de un inicio de semana. Posiblemente esté de malas en todo el día por mi culpa, suerte que no tendré que aguantar eso.

Unas líneas de expresión se remarcan por debajo de los ojos sin mencionar el gruñido amargo que deja salir al verme. He sido inoportuno por hoy. Da medio giro con pereza empujando la puerta un poco más y arrastrando los pies descalzos por el suelo. Tiene confianza para realizar un gesto tan grosero y yo para entrar como si fuera mi casa.

Cierro la puerta a mis espaldas con el fin de que el frío mañanero desaparezca en el interior de su hogar. Busco a su hermana por la planta baja. No hay nadie. Dudo que Gohan esté en casa hoy al igual que Mikey.
    
—Jennette sigue dormida— avisa rascándose la cabeza, despeina más su cabello ondulado y alborotado.

Sabe a lo que vengo. Siempre es para ver a su hermana y nada más.
    
—¿Creí que te tocaba turno?— arqueo la única ceja que puedo. Ella niega acompañada de un mohín.

Me quedo de pie a un lado de las escaleras teniendo mejor visualización de su casa. Al repasar la sala de estar puedo entender que anoche me perdí de una noche loca, pues hay unas latas de bebidas alcohólicas casi escondidas por la mesita de centro, algunas envolturas de los últimos dulces que Jennette consiguió la semana pasada y los cojines en el suelo. Eso me confirma que Gohan no está en la casa.

Escondo las manos en el bolsillo del pantalón echando un vistazo al pasillo que guía a la cochera. La puerta está cerrada.
    
—Ayer Jennette y Melody tuvieron su noche de chicas— regreso a verla por una explicación que jamás pedí. Chasquea la lengua harta —Son unas locas cuando comparten sus secretos. Ya no soporto que se reúnan aquí.
    
Arruga el entrecejo molesta dando por hecho que no prefiere nada de ese ambiente, tampoco es el mío que digamos, pero algunas noches suelen ser divertidas porque esa pelirroja hace cualquier tontería para hacernos reír e integrar a todos. Se aprecia el esfuerzo.