Regalando esperanza.

76 9 0
                                    

Las puertas del elevador se abrieron y mi cuerpo comenzó a moverse como si fuera la cosa más pesada. Los ojos los tenía rojos e hinchados y la nariz la tenía irritada.

Busqué la mata castaña de Ryan... O... De Aidan...

Los oídos me zumbaban con fuerza. Mi cuerpo estaba tan rígido y sentí que en cualquier momento me iba a desmoronar.

Levanté la mirada con lentitud mientras sentía como me abrazaban con fuerza. Eran Rafe y Sam. Tragué con dificultad tensando la mandíbula para no llorar. Podía sentir mi pecho oprimirse con fuerza.

Mordí mi lengua con fuerza y obligué a mis brazos a levantarse. Estos niños también me necesitaban, y no podía derrumbarme enfrente de ellos. No cuando necesitan la esperanza que yo ya no tengo.

<<Juguemos a que somos fuertes.>>

Si... No es cosa del otro mundo, ¿Cuantas veces no sonreírnos sin sentirlo de verdad?

Los abracé con fuerza dejando un beso en sus cabezas. Ambos me correspondieron de la misma manera. Sentí sus cuerpos temblar antes de que se rompieran en llanto.

- Estás aquí. - se alejó Rafe - Por Dios. Creímos que... No se... Que te habían sacado de la cuidad.

- Te buscamos por todas partes... - dijo Samantha alejándose de mi - Mis tios han movido cielo, mar y tierra. Pensamos lo peor...

- No sabes cuanto te necesitamos. - dijo Rafe.

- Mis niños. - los volví a abrazar. - Estoy bien ¿Ok? Y no los voy a dejar solos. - bese sus cabezas. - Nunca. Todo va a estar bien. No se den por vencidos. Erick es...

- Un grano molesto en el culo... - dijo Rafe - Y por eso no puede irse.

- Eso. - lo secundó su hermana - Y hierba mala nunca muere...

Reí por lo bajo.

Me merecía un maldito Oscar a la mejor actriz de la maldita historia. Era tan hipócrita de mi parte pedirles que no se den por vencido cuando yo ya lo hice.

Apreté con tanta fuerza la mandíbula que comenzó a dolerme.

- T/n...

Me separé de los chicos mirando a la persona que menciono mi nombre. El nudo en mi garganta creció de manera exponencial y me grité mentalmente no llorar.

Esto es lo que quería mi mamá. No iba a oponerme a algo tan noble y bueno. Por que así era ella... Daba todo... Sin esperar nada a cambio...

- Señores Gallagher. - asentí con la cabeza.

Me acerqué a ellos pretendiendo hablar, pero no tenía cara para hacerlo. No después de haberlos engañado tanto tiempo.

Lauren ahogó un grito mirándome de arriba a bajo.

Ya me imaginaba que aspecto tenía, el cabello desaliñado, el pómulo morado, la ropa sucia y restos de sangre en la misma. Y mis ojos rojos, irritados al igual que mi nariz.

Me forcé a poner una sonrisa de lado.

La calidez que sentí al volver a verlos recorrió todo mi cuerpo, amenazando con derrumbar los muros que levanté para no sufrir.

- Se que me dijeron que no me volviera a acercar... - corte mi frase quedándome estática en el momento en el que Lauren me abrazó.

- Perdóname T/n. De verdad... Perdóname por favor...

Mis manos se quedaron en el aire sin saber que hacer... Rob me miraba con los ojos irritados. Los gemelos estaban a su lado.

Ver de nuevo a Aidan me devolvió el aliento. Pero agrietó mis defensas. Me sentí como una niña pequeña queriendo correr a sus brazos.

Cuando seas mía.Where stories live. Discover now