Capítulo 25. En el Dubliners.

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Cuando Olivia y Fabiana entraron al local, ya estaban esperándolas Rosa y Marco. Éstos se alegraron al verlas.

Los cuatro se saludaron. Marco notó algo seria a Olivia, pero no quiso darle importancia. Pensó que sería porque su amiga no estaba acostumbrada a salir y le costaba hacerlo. Pero estaba seguro que en breve le cambiaría ese semblante serio que se traía.

-¿Qué tal chicas? Llevamos un rato ya aquí. Pensábamos que vendriáis antes.

-Pues verás Marco,aunque no lo creáis, hoy la culpa es de Olivia. Increíble pero cierto. Llegó tarde ella. Y cuando la vi tan guapa, preferí no echarle bronca. Ha merecido la pena esperarla.

En ese momento Olivia pensó que para qué narices se había arreglado tanto. Había hecho esperar a sus amigos para nada. Se sintió mal por ello.

-Sí estás preciosa, Olivia, tiene razón Fabiana. Acostumbrados a verte con ropa de trabajo...Fíjate que yo pensaba que siempre llevabas la ropa del trabajo pegada a tu cuerpo.-Le dijo Marco a Olivia con un tono burlón. Quería que su amiga se alegrara.

-Ja ja ja. Muy gracioso Marco. Rosa, no sé cómo aguantas a tu marido. Es bastante insoportable.

-Lo sé, Olivia, pero a estas alturas ya no puedo cambiar a mi defectuoso marido. -Le contestó Rosa riéndose.


Justo cuando estaban conversando los cuatro, Vanesa y Marta entraron al pub. Olivia no pudo dejar de mirarlas, sentía todo su cuerpo arder. Estaba furiosa por ver a Vanesa con esa mujer tan llamativa, pero ella no lo quería reconocer. Tenía ganas de marcharse de ahí. Lo que vio le confirmó lo que ya pensaba de la inspectora, que era una mujer que acumulaba conquistas, y eso la desanimó sobremanera, puesto que albergaba la posibilidad de que en realidad la inspectora fuera una mujer diferente a la idea que se había hecho de ella.

Marco, cómo no, se percató de cómo Olivia miraba a la entrada del local fijamente, y cuando vio a su compañera con otra mujer, sus alarmas se dispararon. Cabía la posibilidad de que Olivia estuviera así por haber visto con anterioridad a Vanesa con esa mujer. Necesitaba confirmarlo, así que cuando pudiera, se lo preguntaría directamente a su amiga.

Vanesa y Marta fueron directamente a la barra a pedir sus respectivas bebidas, mientras pensaba en cómo iba a hacer para acercarse a García y a Olivia sin que éstos metieran la pata delante de Marta con respecto a lo que en realidad se dedicaba Vanesa. Tendría que decirle a García que no hablara de cuestiones de trabajo delante de la joven. Además, también quería mantenerse a cierta distancia de Marta delante de Olivia. Ya bastante había tenido con que la hubiera visto en su moto con Marta, bien pegada a ella. Sólo esperaba que la forense no pensara que eran pareja.


García pensó que estando Vanesa con esa chica, no se acercaría a ellos, así que ni corto ni perezoso, fue él el que se acercó a ellas, mientras dejaba a su mujer hablando con Fabiana y Olivia.

-Hola Vanesa, al final has venido -le dijo García a su compañera.

Vanesa se tensó cuando sintió a García tan cerca de ella y además hablándole, así que mientras Marta esperaba a que la camarera sirviera las bebidas, la inspectora aprovechó para separarse un poco de la joven y hablar en privado con su compañero.

-García, verás, la chica con la que estoy no sabe que soy inspectora de homicidios, así que por favor, no hables de trabajo delante de ella. No tengo ganas de que me pregunte sobre el caso.

-Ah, joder, está bien. No hablaremos entonces de trabajo. ¿Vais a venir con nosotros? Olivia y Fabiana acaban de llegar también.

-García, hablo con mi acompañante y vamos viendo. No sé si se sentirá a gusto con vosotros. No os conoce de nada e igual prefiere que estemos a solas. Si fuera así, me acercaría sólo a saludaros.

-Vale. Entonces me voy con ellas. Si os animáis, allí estamos.

-Gracias.


García se dirigió de nuevo a donde estaban sus amigas y su mujer. Entendió perfectamente lo que Vanesa le dijo. Tal vez a su acompañante no le apetecía compartir a Vanesa con ellos. Además, seguro que si iban con ellos se percataría de las miradas que habría entre la inspectora y Olivia. Para él era un hecho que esas dos mujeres se atraían y se gustaban, aunque ninguna de las dos quisiera reconocerlo.

Vanesa se acercó a Marta, y ésta le dio su bebida.

-¿Conoces de algo a ese hombre, Vanesa?

-¿Qué si lo conozco? Es policía también. Así que sí, lo conozco y además nos llevamos muy bien.

Marta vio al amigo de Vanesa con otras tres mujeres. Así que decidió preguntarle a Vanesa si quería ir con ellos también.

-¿Los conoces a todos, Vanesa?

-Sí, Marta.

-¿Te apetece ir con ellos?

-¿A ti no te importa? Puedo ir a saludarlos.

-Claro, vamos.

Las dos mujeres se dirigieron al grupo de amigos de Vanesa. Cuando Olivia las vio acercarse a ellos, la forense se puso nerviosa y su mal humor se intensificó. Encima Vanesa se atrevía a llevarle a la joven con la que estaba. ¿Qué pretendía con eso?

Vanesa también se puso nerviosa conforme se acercaba a Olivia. Ésta lucía muy guapa por cómo iba vestida. A Vanesa le gustó mucho la preciosa melena suelta de Olivia, y la blusa que llevaba le quedaba divina. Vanesa tuvo que hacer un gran esfuerzo para no perderse en el escote de la forense. Tenía que reconocer que esa mujer ganaba mucho vestida de calle. Para su gusto, era preciosa. Y cuando la saludó dándole un beso en cada mejilla, la inspectora palideció. Notó a Olivia más distante, pero aún con ello, cuando sus mejillas se tocaron, las dos mujeres sientieron la piel de la otra abrasar su propia piel. Lo que estaba claro que sí esos dos cuerpos llegaban a juntarse plenamente, podían arder uno con el otro. Y a ninguna de las dos le importaría quemarse de esa manera.

Vanesa presentó al grupo a Marta, mientras que Olivia les presentó a Fabiana a las dos mujeres. Olivia y Vanesa no podían dejar de mirarse. La inspectora sintió vergüenza cuando notó el color azul de los ojos de Olivia posarse en su propio rostro. Intentó no mirar a la forense más de la cuenta, ya que tenía a Marta pegada a ella. Y Olivia sentía unas ganas inexplicables de preguntarle a la inspectora qué tenía con esa chica. Pero luego pensó que quién era ella para preguntarle algo de ese calibre a la inspectora.

Malasaña I. (5° Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora